Blackwood and Wood

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No sabía muy bien si aún era de día o no, lo más seguro es que no. Poco se podía percibir el pasar del tiempo dentro de aquella taberna sin ninguna pizca de luz natural, solo las lampara de vela y la  chimenea proporcionaban un gramo de visión en el salón. 

En cada mesa habían entre dos o cuatro hombres hablando con cervezas en mano, conversando sobre sus grandes hazañas de testosterona y hombría, valentía y poder. Y de mujeres, simplemente cosas sin sentido, al menos para Lux. 

Para la chica, los hombres son igual a los cerdos, estúpidos y malolientes babosos, hasta un caracol sería capaz de tener un cerebro más grande que el de un varón. Por eso mismo, estaba en aquella taberna, ignorando por completo su alrededor, la única "dama" que no se encontraba allí para hacerle compañía a un cerdo. Sola, por su cuenta, pensando en sus cosas. 

Levantó la mano para pedir una cerveza y subió los pies a la mesa, nadie más estaba sentado con ella, cualquier hombre que se sentara saldría de aquella mesa con un tenedor clavado en la mano o una jarra rota en la cabeza a menos de que fuera para hacer algún trabajo o pagarle. Todos allí lo sabían, era de costumbre verla sentada donde siempre bebiendo.

Se lamió los labios mirando al rededor mientras esperaba, apoyando ambos brazos en el borde de la sillas contiguas. Observando al sucio ganado que reían entre ellos o flirteaban a las mujeres de compañía que pasaban cerca ellos para hablar o para llevarlos al motel que estaba justo al lado de la taberna. 

Permaneció en silencio observando de reojo a una señorita, cuando su sorpresa fue ver que estaba un hombre muy bien vestido al lugar, era alto, joven y en cada guante se presentaba un corazón rojo. Al quitarse el sombrero pudo ver su cabello como el vino. Un autentico corazón. De inmediato lo reconoció. Era un detective, el detective de la reina. 

El hombre miró atentamente su entorno, sacando una libreta de su saco, y con esta empezó a analizar cada rostro. Y la vio, la analizó y caminó hacia ella, a su mesa. La rubia rodó los ojos al saber perfectamente el porqué estaba allí. 
Una vez este quedó frente a frente con la mujer, se puso ver un poco de confusión y tal vez, ¿sorpresa? ¿vergüenza ajena? No era normal ver a una mujer así, actuando tan...fuera de su naturalidad.

No le quedó más que bajar las piernas de la mesa y recibir el jarrón de cerveza que acababa de dejar el mesero, cual ya se había ido a atender a otras mesas. Sin decir nada, el hombre tomó una de las sillas y se sentó en la mesa, ella solo esperaba a que hablara. 

- ¿Eres Lux Wood? -Preguntó acomodando su largo abrigo y apoyó ambos brazos en la mesa, sin miedo a nada.- 

Esta desvió un poco la mirada, mofándose un poco antes de responder. Los hombres y mujeres al rededor habían percibido la presencia de aquel joven tan ordenado además sentado en la mesa donde nadie se sentaba nunca. Como si supieran que algo malo iba a pasar. 

- ¿Qué lo trae por aquí, Charles? -Respondió, ahora que lo veía más de cerca confirmaba el que ya lo conocía de antes.-

Charles se quedó serio, pero un poco descolocado en el fondo, no sabía porque sabía su nombre a menos de que fuera tan conocido como para llegar a bocas de los Trébol. Lo dudaba. 

- ¿Cómo sabe mi nombre, señorita Wood? -Devolvió la pregunta.- 

- ¿Vamos a responder cada pregunta con otra, señor...? 

- Responda mi pregunta. 

- ¿La primera o la segunda? -Jugó Lux limpiándose la espuma de la boca con la muñeca, sin cuidado alguno.-

Un silencio se hizo presente por unos segundos junto con un contacto visual, contacto el cual hizo que el pelirojo por fin se diera cuenta de quien era la chica que tenía en frente. La cara se le cayó de vergüenza pero supo mantenerla en alto y seria como cuando llegó. 

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⏰ Last updated: Aug 08, 2021 ⏰

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