🐾 Mascota 🐾

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Zane y Cole se encontraban en la cocina. El nindroide estaba bebiendo una buena taza de café cargado. En sí, no tenía un propósito al beberlo —como despejar el sueño— ya que al parecer eso no le funcionaba a él, pero le gustaba el sabor amargo de la bebida.

Por otro lado, su amigo azabache se preparaba un panini con carnes frías y aceitunas. Zane le había dejado los ingredientes necesarios en bolsas sellables dentro del refrigerador para evitar otro "accidente" como el acontecido hace unos días. El grupo ninja tuvo que llevar a Cole al hospital por una severa intoxicación alimenticia. La comida de Zane no podía ser la culpable, obviamente. No era secreto qué había enfermado al maestro de la tierra.

—Debemos hacer algo con Lloyd —le dijo el nindroide.

—¿Huh? ¿Por qué lo dices? —preguntó Cole. Tenía el ceño fruncido mientras rebanaba un poco de lechuga.

Zane recordó que Cole estaba en el hospital recuperándose cuando ocurrió el "incidente".

—Encontró un perro en la calle y lo trajo al Navío. Después resultó que tenía dueño y no se lo tomó muy bien...

El azabache dejó su tarea de lado para mirar a su amigo con una mueca.

—Su buen corazón sí que lo mete en líos...

—No, Cole. No comprendes, él...

En eso, Kai entró a la cocina. Abrió una de las gavetas altas de la alacena y escondió en su interior el teléfono inalámbrico del Navío.

—Listo —se dijo a sí mismo, sonriendo, sacudiendo las manos.

Zane y Cole se miraron entre sí, extrañados.

—¿Por qué hiciste eso? —quiso saber el ninja negro.

—Lloyd ha estado marcando a centros de adopción toda la mañana. Se distrajo hace rato para ir al baño y aproveché para esconder el teléfono —Kai señaló hacia la gaveta—. Jamás alcanza hasta ahí.

Zane y Cole intercambiaron miradas, que bien pudieron interpretarse como asombro ante la creatividad de Kai.

La puerta volvió a abrirse y esta vez fue Jay quien entró echando humo, con un objeto rectangular en sus brazos. Llegó hasta la barra, con Cole, y empujó el objeto hacia él.

—Esconde esto arriba —le pidió, ya que él era muy bajo para alcanzar.

Cole descendió la vista hasta su panza, donde Jay oprimía su laptop contra él.

—¿Qué no la usas para trabajar?

—¡Sólo hazlo, Cole! —le rogó Jay—. La dejé encendida, con mi cuenta de NinBook abierta. Lloyd entró a  grupos de ventas de mascotas y pidió informes a TODAS las publicaciones (sin mencionar que ahora soy miembro de al menos quince grupos...).

Ahora Cole entendía porque Zane estaba tan preocupado. Lloyd le había comentado en varias ocasiones que le gustaría tener una mascota, pero nunca creyó que hablara tan en serio. Parecía que estaba desesperado. Con tan poco que hacer sin combatir al crimen, seguramente el chico estaba aburrido y como sus amigos habían retomado su vida laboral —con pequeños trabajos de medio tiempo— necesitaba compañía.

Cole suspiró.

No podían tener mascotas. No viviendo en un barco volador... ni con semejante familia.

—¡Está resuelto! —exclamó una voz femenina, justo antes de entrar abriendo la puerta de forma estruendosa.

Los chicos miraron a Nya con los ojos en blanco. Iba acompañada por Pixal, desde que la androide vivía con ellos, ambas intentaban pasar tiempo juntas, de chicas. Esperaron que al menos Lloyd siguiera en el baño y no sospechara de la "reunión furtiva" que se celebraba en la cocina.

La chica pelinegra hizo a un lado el panini a medio hacer de Cole, con una mano, mientras con la otra rodeaba una pecera pequeña y circular que enseguida colocó en la barra, a vista de todos,

Dentro nadaba —a penas— un pececillo escuálido. Era parduzco, con manchas negras. Sus pequeñas aletas lucían desproporcionadas a su cuerpo alargado, como un submarino. Al menos esos eran los detalles visibles. El pez que había llevado Nya era más pequeño que una almendra.

—Ta-da —dijo Pixal, con voz monocorde y carente de emoción, mientras señalaba al pez.

—¡Den la bienvenida al nuevo miembro de la familia! —exclamó Nya, con las manos en las caderas—. Lo nombré Armagedón.

—Habíamos acordado que se llamaría Dos Centímetros —apostilló Pixal, con el ceño fruncido.

—¿Acorde a una escala de medición? —inquirió Zane, asombrado. Pixal le dedico una sonrisa radiante. Él sí lo entendía.

Sus otros tres amigos estaban en shock.

—¿De dónde lo sacaron? —le preguntó Kai a su hermana, tras digerir la fealdad del pobre pececito.

—Pixal y yo lo pescamos en el lago Komoru. Después lo echamos a mi botella de agua, y pasamos a comprar la pecera en la ciudad antes de venir.

—¿¡Se robaron un pez!? —exclamó Zane, entre sorprendido y decepcionado. 

Las chicas se encogieron de hombros, como si lo aceptara.

—No creo que ni su mamá lo extrañe... —se burló Jay, provocado que Nya lo mirara con enojo.

Cole estaba incrédulo. Primero Lloyd robando perros y ahora Pixal y Nya llevándose peces de un lago público, aunque sabían que eso era ilegal. ¿Qué seguía? ¿Zane asaltaría una tienda de mascotas para llevarse un hámster? Parecía poco probable, ya que se estaba hiperventilando porque no sabía si denunciar a su novia con la policía era lo correcto.

—¡Esto es ilegal! —dijo, con los ojos muy abiertos—. Totalmente ilegal.

—Es demasiado pequeño, no creo que importe —inquirió Nya, despreocupada.

Los seis se agacharon para poder ver mejor al mencionado nadando en su pecera.

—No creo que la ley aplique si no se puede alimentar a nadie con él —dijo Kai, burlón.

—¡Bueno! ¡Es suficiente! —finalizó Cole. Ya tenía hambre y quería su panini—. Armagedón... o Dos Centímetros... se queda. Será nuestra nueva mascota.

Se hizo un momento de silencio.

—¿Ésta cosa fea? —preguntó Jay, señalando al pez.

Nya lo salpicó con el agua de la pecera.


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Mientras tanto, Zane en el fondo be like:

—¿Hola? ¿Policía? —toma aire y comienza a llorar—. Quiero denunciar a mi novia...


Bro's scenarios [Ninjago]Where stories live. Discover now