Fuego

Suspiro único

Mi primer smut de esta ship, espero no haberlo arruinado :D

* * *

Bilbo estuvo a punto de soltar un nuevo gemido al mirar a su Rey elevando hacia lo alto el enorme martillo, teniendo su brazo casi desnudo mostraba orgulloso los músculos trabajados, cubiertos de gruesos y oscuros vellos, su piel sudorosa, brillante, aun haciendo el mismo movimiento repetitivo impulsaban al hobbit al borde de su asiento. Le hizo tragar por décima ocasión. Podría decir con facilidad que el sudor en su rostro no lo causaba en absoluto el calor en la fragua, dentro de sí mismo, lo sabía, toda aquella agitación debía su origen el más hermoso, fuerte y erótico enano que toda la Tierra Media vio jamás nacer.

Lamiéndose los labios deseó haber apresurado su baño y llegar temprano al espectáculo, con sus deberes como Rey Thorin disfrutaba de un limitado tiempo libre, el mismo que usaba en su mayoría para estar con Bilbo y en escasas ocasiones en entrar a la forja sin tener la intención de supervisar. Pero esa mañana una de las herramientas para jardín del mediano se había estropeado y, aun si solo pidió una simple reconstrucción, el terco enano tardó un parpadeo en decidir por sí mismo crear un juego de herramientas completamente nuevo.

Porque «el consorte real no puede trabajar en su jardín con sus instrumentos parchados», y él, como su esposo, tenía el deber de cubrir y satisfacer cualquier ínfimo detalle forjándolo con sus propias manos. Así se tratara de una simple pala o un castillo en la cima de la montaña. Contra un enfoque de ese tamaño, Bilbo poco o nada podía hacer, y tampoco es como si él mismo no se sintiera capaz de entregar cuanto fuera posible a los pies de su esposo. Entonces, ahí estaba...

Prometiendo llevarle el almuerzo, el mediano no dio un paso dentro del calor abrasador antes de toparse de frente a esa majestuosa escultura creada de las manos de los mismos Valar. Utilizaba un grueso delantal para protegerse el pecho que se cubría apenas con una almilla sin mangas y, hasta donde los ojos de Bilbo alcanzaban, con las cuerdas que unía los lados completamente desatadas.

El hobbit no tardó un segundo en sentarse junto a la mesa de herramientas para admirar y adorar como lo merecía la escena que, agradecido de tener el lugar vacío, le pertenecía exclusivamente a él. Ahora que Thorin llevaba la pieza entre las largas pinzas dispuesto a enfriarla, un nuevo estremecimiento envolvió al mediano al observar los músculos tensos envueltos de vapor y cristalinas gotas. Tan concentrado se hallaba que ni siquiera notó el movimiento de su lengua contra los labios.

Mantuvo el pequeño cesto con la comida sobre el regazo, no por desconfiar de ponerlo en un sitio aleatorio, sino porque desde el primer vistazo supo que en algún momento debería esconder el bulto que definitivamente aparecería en su entrepierna. No se equivocó, claro. Movía la canasta de un lado a otro, no buscando fricción, en su lugar intentando acomodarse para evitar los pormenores de las molestias ante la presión del mínimo espacio, lejos de él quedaba el pretender deshacerse de ella, era una consecuencia de sus vulgares pensamientos, no algo en lo que planeara dirigir su concentración, la vista frente a él sería adorada sin ninguna falta.

Thorin comprobó la dureza del metal y la escena se vio mejorada diez niveles. Bilbo nunca cruzaba las piernas, sin embargo estuvo a punto en el momento en que su Rey tomó un paño colgado del cinturón grueso para luego pasarlo sobre su rostro y, por centésima vez, mostrar al hobbit un nuevo ángulo de flexión en su brazo. Con tantas capas de tela cubriéndolo siempre, y ya que ni en la privacidad de su dormitorio podía enfocarse correctamente en ver los músculos en acción, eran momentos como estos cuando el mediano lograba de verdad apreciar el espectáculo en toda su valía.

Su esposo dejó la pieza sobre el yunque, las pinzas de pie en el suelo y el paño de vuelta al cinturón. Bilbo casi se ahoga con su propia saliva al toparse con los ojos de Thorin, el enano se encontraba muy consciente de su mirada, obviamente el Rey amaba ser colocado bajo esa clase de escrutinio, sin embargo, al mismo hobbit le avergonzaba ser tan indiscreto. No es como si pudiera evitarlo, aun así le apenaba.