¡YA NO SOY UN NIÑO! [Kirishima x Bakugou]

CAPÍTULO 3

Hace tres meses Kirishima había empezado su primer año de secundaria, las clases eran mucho más pesadas y ni hablar de las tareas, al parecer todos sus maestros se habían empeñado en hacerles todo el año un infierno a sus alumnos o al menos así lo veía él.

Debido a eso las visitas a la casa de Bakugou (que ahora cursaba el segundo año de primaria) habían disminuido, los dos ahora tenían cosas muy diferentes de que preocuparse, Mitsuki se había encargado de hacerle entender a su hijo que no podía molestar a Kirishima cuando se le diera la gana porque ahora estaba muy ocupado estudiando, algo que parecía nunca entender el pequeño porqué siempre que salía de la escuela iba rápido a su habitación terminaba sus tareas a la velocidad de la luz para después ir corriendo a la casa de los Kirishima (mientras de fondo escuchaba los gritos de su madre) para pedirle a Kaori que lo llevará a recoger al de cabellos negros.

—Mira Kirishima, es tu mamá con tu hermanito

—Mamá, Katsuki -cuando los vio no pudo evitar recibirlos con una sonrisa-

—Katsuki quería venir a verte, no iba a aceptar un no como repuesta

—¡Hey! ¿tú quien eres? -pregunto rápidamente Bakugou al ver por primera vez al chico de cabellos rubios y una marca negra en el cabello al lado del pelinegro-

—¿Quién? ¿yo?

—Si tu ¿quién más? ¿tienes mal el cerebro o que?

—Vaya Bro tu hermanito es un salvaje

—¡¿Qué dijiste rayito de mierda?!

—¿C-Cómo me dijiste?

—¡Rayito de mierda! ¡¿acaso no oyes bien?!

Kaori rápidamente tapo la boca del más pequeño mientras pedía disculpas por el espectáculo que estaba formando el menor, pues muchas personas se habían quedado viéndolos mientras pasaban a su alrededor.

—Discúlpalo Kaminari es que se cayó de chiquito

—Oh, así que es eso, no te preocupes a mí me pasó lo mismo pero al parecer me afectó de diferente forma -Kirishima ya no sabía si reír o llorar-

—Katsuki

—¡Que!

—Me alegra que hayas venido tenía muchas ganas de verte -con una enorme y linda sonrisa lo miro mientras ponía una de sus manos sobre el cabello del menor y lo despeinaba-

—Sabia que me extrañarías por eso vine

—¡Que buena decisión Bakugou!

—¿Así que no es tu hermano?

—No, pero es como si lo fuera -afirmo feliz mientras miraba a su amigo rubio el que lo seguía mirando confundido-

—Ya decía yo, es muy agresivo para ser tu hermano

—¡¿Qué dijiste pedazo de animal?!

—¿Vez?