Único capítulo

117 19 1
                                    


Desde que tenía memoria, Lisa adoraba las flores. No sólo las más populares o bellas, sino que cada clase que pudiese encontrar a su alrededor, y siempre había estado orgullosa de su conocimiento y cariño hacia la flora del universo. Aunque fueran algo que a{un practicara, las coronas de flores no dejaban de ser una agradable opción para hacer brillar aún más a quienes más quisiera, y en ese instante, frente a ella, su padre poseía la más brillante sonrisa mientras una vez más colocaba el colorido presente en la cabeza del mismo. Con tan sólo esa imagen, se sentía como si todo estuviese bien una vez más.

Sus suaves manos agarraron una de las manos del adulto y lo arrastró con emoción en lo que parecía su propio festival en un campo lleno de distintos tipos de flores y plantas. Llegó a considerar si quizás se trataba de su propio paraíso, un sueño en el que pronto los insecto se sumaron. Mariposas revoloteando por todas partes en un elegante pero amigable danzar, mariquitas emprendiendo vuelo, abejas realizando su trabajo mientras disfrutaban también del agradable clima que tan bello día ofrecía. 

Todo se volvía tan perfecto, tan hermoso, que sentía que podría llorar de la emoción en cualquier segundo, aún más al tener a su lado a quien más amaba en todo el mundo. 

Y en un parpadeo, el escenario cambió.


La calidez de la zona fue aumentando poco a poco, el calor de la mano que sujetaba también, y cuando giró, su padre ya no estaba a su lado. En cambio, un gran espantapájaros que reconocía perfectamente ocupaba su sitio. Emma supo que no debía de temer ante el cambio, no había motivo cuando su querido amigo, el Sr. Skelkro, se encontraba a su lado, por lo que rápidamente se escondió tras él, aún tratando de controlar el miedo que parecía aumentar con cada segundo. Trató de detenerse a pensar y entonces lo recordó, su amigo sí poseía cierta opción para movilizarse después de todo, y la carreta perfecta apareció a su lado, en donde colocó a su amigo y entonces avanzó por el camino que indicaban las ahora viejas baldosas. 

Con cada paso, sentía su propia respiración fallar, pero trató de ignorarlo, siguiendo sin destino alguno la luz que le atraía cual polilla a lo que no sabía qué destino sería. Las bellas flores comenzaron a marchitarse poco a poco, el suelo parecía ser cada vez más irregular, y por un momento, Emma pensó si existiría la posibilidad de arreglar una vez más aquel lugar que segundos antes le había parecido tan fascinante. Quizás le llevaría años, pero al menos tenía opciones, ¿No? Ése era su trabajo después de todo.

El camino no fue ni tan largo ni tan corto, pero mientras más y más se acercaba, mejor se podía notar la fuente de tanta luz y calor. Un gran edificio en llamas, Emma paró y bajó al Sr. Skelkro con cuidado mientras observaban atentamente cómo las llamas consumían un lugar, una silueta a lo lejos parecía adentrarse, y aunque sintió que debía correr revisar en caso de que pudiese tratarse de alguien en peligro, sus pies no se movieron. De pronto sintió dolor en su garganta, mientras las cenizas volaban y sentía como si ella misma estuviese a punto de ser parte de tan iluminado espectáculo. Por más que trataba de moverse, era como si su cuerpo no pudiese responder, y cuando giró su cabeza para observar a su amigo, notó cómo este se encontraba también siendo consumido en llamas. Todo su cuerpo tembló al finalmente poder moverse, mas no pudo correr ni dejar de observar. Sintió un suave peso en su mano, e ignorando los guantes a los que tanto se había acostumbrado, notó el encendedor entre sus manos.



Dentro de la mansión, el que alguien gritara repentinamente en la noche o los llantos constantes eran algo común considerando los pasados de sus habitantes y las experiencias en su día a día. No dejaban de ser preocupantes, pero para varios, eran situaciones que sabían que de una forma u otra tardarían de solucionar incluso si tenían la mejor voluntad y cariño para tratar de ayudar a sus compañeros. mientras que otros, preferían callar y continuar con el día a día, el segundo caso era el más cercano para la amigable jardinera.

Jardín de los sueños | Emma x Emily |Where stories live. Discover now