Viejos Tratos

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El plan B era perfecto en su totalidad, el único hueco que había era Tobirama.

Si él no ponía de su parte, morirían.

—Llegamos— su tono de voz era bajo, enseguida activo el Sharingan mirando directamente hacia donde iniciaba la entrada de aquella pequeña aldea; ahí ya se encontraba el líder del clan esperándolo.

De un momento a otro más guardias llegaron a la entrada.

"Demonios", pensó el azabache mientras desactivaba su Sharingan.

—Ya estamos aquí— hablo Tobirama sin parar el pasó hacia la entrada —No hay de otra.

Era verdad "No había de otra".

Cuando estaban a pocos pasos de la entrada pararon en seco.

—Es un Senju, señor— habló uno de los guardias.

—Ya lo sé— el líder; una persona alta, delgada, ojos avellana y piel clara —Pensé que vendría tu hermano— habla mirando directamente a Izuna.

—Creo que es obvio que él no está aquí— su cara no mostraba expresión alguna al hablar.

—¿Por qué está entonces ese maldito Senju aquí?— su voz no era elevada pero era obvia la furia.

—Es mi acompañante.

—Un Uchiha y un Senju, ¿Juntos?— hablo cambiando la dirección de su mirada —Al final no eres tan importante para tu hermano.

—Bueno hablaremos o solo insultaras a mi acompañante.

—Bien. Hablemos adentro— sonreía falsamente.

En cuanto el albino trata de dar un pasó los guardias le apuntaron directamente al cuello con sus katanas.

—Él no vendrá, ¿Verdad?— señaló al Senju —No creo que sea importante, después de todo solo es tú acompañante.

—Claro— su voz sonaba un tanto nerviosa, sus ojos se posaron en Tobirama —Sólo no lo maten, ¿Si?

—Está bien— rodó los ojos mientras volvía a dirigirse a Izuna.

Tobirama no tuvo de otra que quedarse con los guardias, mientras miraba al azabache irse al lado de aquel líder.

Adentró de aquel clan pasaban persona que se inclinaban ante ellos cada que veían a su líder.

Aún que el líder de aquel clan pareciera que hablaba sin omitir ningún sonido.

En cuanto llegaron a la sala de reuniones de la casa principal. El Uchiha tomó el asiento que daba al frente de la mesa, mientras que el líder se sentó enfrente de él.

Una sirvienta entro, consigo traía té y un plato con dangos, los cuales dejó en la mesa.

Salió con la habitual reverencia a cada uno.

—Hagoromo Shitto— hace tiempo no pronunciaba ese nombre.

—Uchiha Izuna.

Shitto una persona realmente agradable a los ojos de las personas, alto, con una figura envidiable hasta para las mujeres, su cabello largo color avellana al igual que sus ojos, y la manera singular y provocadora con la que vestía. Más eso no quitaba el hecho de lo intimidante que era en la guerra, al igual de lo sádico.

—¿Te unirás a Konoha?— pregunto mientras tomaba de aquél té sin apartar la vista del frente.

—¿Por qué Madara no vino?— pasó por completo de la pregunta, para pasar a otra que para él era más importante.

Comprometidos.                (TobiIzu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora