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sette

La resplandeciente y blanca luna se encontraba en su punto más alto para cuando la pareja ya había llegado al lujoso hotel en el cual se estaban hospedando. El mayor de los dos apenas entró a la habitación y se tiró a la cama, cayó en un profundo sueño. Había sido un día agotador y el cansancio de la noche anterior aún lo consumía.

Taehyung en cambio solo se dispuso a ponerse un pijama y después de escribirle a Chaeyoung fue a donde le había solicitado de verse.

–Aquí están tus mochis.

La rubia dió un pequeño brinco al escuchar la profunda y repentina voz de Taehyung. Este último río al ver la cara asustada de su amiga y le entregó lo que tenía en mano.

–Muchas gracias por traerlos. Lisa está insoportable y quería justo estos.

El castaño sonrió como respuesta.

–¿Quieres algo de tomar? Aunque este bar esté cerrado le puedo decir a alguien del personal que traiga algo.

–Una de esas cosas que nos diste cuando llegamos.

Chaeyoung asintió.

–Due spritz bianchi. Grazie.

Fueron a la terraza del bar y esperaron sus bebidas. Era verano y aunque fuera de noche, el clima era bastante fresco y soportable.

–¿Para que me querías ver?

La más joven tomó de su copa y mantuvo su vista al frente. Su mirada clavada en la catedral frente a ellos, mientras que la del contrario estaba clavada en el perfil de ella.

–¿Siempre harán así tú y Jimin?

–¿Así como?

Chaeyoung sonrió dejando la copa en la mesa.

– Sabes a lo que me refiero, Taehyung. Hacer esto de viajar todo el tiempo sin descanso alguno.

–Siempre fue nuestro plan, desde que nos conocimos soñamos con esto. Será siempre así.

La mirada de la rubia ahora se encontraba en Taehyung.

–¿No crees que necesitan una casa para estar? algo que sea suyo, un lugar que sientan suyo.

Ahora era el contrario quién despegó la mirada y se quedó mirando hacia otro lugar, siendo la luna llena quién captó su completa atención. La cálida brisa abrazaba su rostro y movía delicadamente su suave pelo. Con suma delicadeza llevó la copa hasta sus finos labios, saboreando el amargo sabor de su bebida.

"Un lugar que sientan suyo"

Por la mente de Taehyung aparecieron automáticamente varios momentos con su novio. Momentos viejos, donde aún estaban en la preparatoria, hasta momentos de ahora, ya adultos y construyendo sus vidas.

Cada momento, cada cosa vivida estaba pasando justo frente a sus ojos. Recuerdos de cuando viajaron por primera vez y su novio estaba tan nervioso que tuvo que comprarle un libro para colorear para poder calmarlo un poco. Recuerdos de cada vez que le hacía una sorpresa y lo mucho que amaba hacerlo. Por más mínimo que sea el detalle, el mayor disfrutaba aquello como si fuera la persona más afortunada del mundo.

"Una casa para estar"

Y de pronto lo único que tenía en mente era a Jimin y su sonrisa, Jimin y sus ojos, Jimin y sus labios, Jimin y su voz. Todo era él. Jimin era su vida y no necesitaba nada más cuando se trataba de él. Con Jimin se siente completo, como si no le faltase nada. Tal vez el verdadero motivo por el cual vino en vida fue para conocer aquel pequeño que hace sus días mejores con tan solo escuchar su risa.

–Chaeyoung.

Esta miró atentamente el perfil de su amigo. Él por fin miró hacia ella y con toda la seguridad del mundo dijo:

–Jimin es mi casa. Él es mi lugar.