La Joya del Dragón

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Días después…
Área de entrenamientos del castillo.

-¡Estás lento hoy Kirk!- se burla Iank de su colega.

Con un rápido movimiento Kirk derriba al suelo a su contendiente -No te confíes Iank-

-¡Cuidado con esas garras!- se quejaba por otra parte Theodred.

-No te quejes- responde Jornad -Te dejaré entero para tu chiquitín-

-Que generoso- se burla Theodred -Entonces no pateare mucho tu trasero para que Kirk no se aburra está noche-

-Ya dejen de hablar que aún falta terminar y poder emplear la noche en cosas mucho más placenteras con mi compañero- les rebate Aidekr esquivando los golpes de su rival de entrenamiento Gavre.

Gavre había vuelto hacia poco de su viaje, amargado por aguantar las gélidas temperaturas de aquella zona que le tocó visitar. Además de que envidiaba a los demás generales, pues él no podía tomar forma ni parcial ni completa de aquellos seres mitológicos como ellos, pues sólo era afín del fuego, no fue bendecido con el don. 

Mientras los demás generales e incluso el guardia Iasak podía mostrar los rasgos de sus ojos brillando dorados igual que el rey, garras en lugar de manos, colmillos y parches de escamas desperdigados por su piel.

-Concéntrate Gavre- mando el rey quién supervisaba el entrenamiento, al final el ojiverde pelearía con todos ellos a la vez, siendo el más poderoso prefería entrenarse así.

El mencionado apretó los dientes enojado, esquivo las garras de Aidekr y lanzó una llama de fuego con un movimiento de manos hacía su contendiente.

-Te falta velocidad- dice Aidekr entre burla y consejo.

-Mañana haremos un recorrido desde el aire para localizar los campamentos rebeldes- informo el rey, de rwl modo a la vez que entrenaban iban discutiendo sus acciones para deshabilitar los focos de aswadianos que aún les querían hacer frente.

-¡Me pido la zona norte con Kirk!- demandó Jornad rápidamente.

Pero era obvio que a dónde fuese lo mandarían con su compañero, era cosa de Drakens, siempre las parejas debían estar en el mismo equipo.

-¡El este para mí e Iasak!- se pidió Theodred.

El mencionado rodó la ojos desde detrás de una columna a espaldas del rey sabiendo porque a su pareja le gustaba ir a esa zona donde había unas pozas de aguas termales, pero la sonrisa que adornaba su rostro negaba su molestia.

-Iank irá con Gavre entonces al oeste y yo al sur- dijo el rey siendo obvio que iría con sus guardias.

-Que mala suerte, me ha tocado con el tonto- murmuró por lo bajo Iank.

-¿Qué dijiste?- pregunto Gavre dispuesto a ir hacia él, pero debía concentrarse en su pelea de ese momento.

-No me repito- le contesto Iank pendiente de los zarpazos que Kirk le lanzaba.

-A seguir entrenando- corto la discusión Derek -Recuerden el trabajo en equipo, juntos somos más fuertes-

-¡Si señor!- respondieron los generales.

Así prosiguieron el entrenamiento, mientras que a mismo tiempo hablaban sobre los rebeldes aswadianos y de lo que harían para destruir sus planes.

Hasta que Zafiro y Lyan, junto a Gagtly y su compañero Sinqua hicieran acto de presencia anunciando la hora de la cena, Iasak el guardia de turno del rey también se les unía para comer. Los compañeros siempre debían estar juntos o en los mismos equipos después de todo.

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Una noche meses después…

Como era costumbre la joya caminaba junto al rey dragón tras un día menos laborioso que otros, ya se había hecho una especie de ritual que antes de ir a la cama se viera al rey junto a Zafiro dar una caminara por los jardines y tras pasar por la sala donde descolgaba el cuadro del dragón con aquella letras que el castaño había querido saber  lo que decían y luego por el corredor que llevaba al ala real.

Con una pálida mano de su joya descansando en su brazo, Derek lo guío frente a la pintura y señalándola con un gesto de cabeza dijo -Creo que ya puedes leer lo que ponen las letras ¿No?-

Zafiro asintió con la cabeza -Así es mi señor-.

-Adelante joya mía, quiero escucharte leerlas- invito más que ordenó, siempre era muy amable con el joven.

El ojiazul miro a su rey y luego al cuadro para al fin leer “La fortaleza es más que simple fuerza bruta o habilidades destructivas, el verdadero poder se resume en actuar con sabiduría y astucia para obtener la joya más valiosa, a fin de cuidarla como un dragón a su más valioso tesoro” el joven se vio maravillado ante aquellas palabras y su mente se movió dándole significados.

Derek distraídamente tomaba con su mano algunos mechones del largo cabello castaño qué estaba atado en una coleta, como era su costumbre cuando hablaba con su joya a solas en la mayoría de ocasiones y de tal gesto ninguno de los dos era totalmente consiente, como si buscarán una conexión constante de manera natural, como si el rey quisiera asegurarse de que su joya era real.

-Es necesario saber usar los conocimientos obtenidos, así como los dones recibidos- explicaba el rey  -Con propósito y astucia- esmeralda y zafiro se conectaron en medio de la explicación -Las joyas no siempre serán algo físico, pues existen muchos tipos de tesoros y los más importantes son los que no se pueden ver o tocar, pero incluso un tesoro puede ser una persona-

Zafiro volvió su mirada hacia el cuadro y con sus dedos tocó en material -¿Incluso una persona?  Pero si no somos objetos- se mordió el labio inferior.

-Sí, una persona- aseguró el moreno -Pero no para tratarla como un objeto, si no como el ser más importante que exista para esa persona que le considere como su tesoro- explico sin dejar de observar el perfil de Zafiro.

El joven se giro hacia su rey quién con voz profunda aseguró -El más valioso tesoro es la persona más importante para ti- sus ojos mostraron un fugaz brillo dorado en sus profundidades.

El castaño quedó atrapado en aquella mirada, Zafiro había decidido creer que era cosa del reflejo de la luz o su imaginación aquel brillo en los ojos de Derek, pensando que se debía a la atracción que sentía hacia su rey, pero que con maestría no demostraba gracias al control de sus emociones que se obligo a aprender para ocultar lo que sentía en realidad, todo ello para no darle el placer a sus antiguos amos de verle sufrir.

-Los tesoros del corazón- murmuró Zafiro volviendo su mirada hacía la pintura.

-Lo que llena el alma y enciende tu fuego interior es lo más valioso- afirmó el rey sin dejar de contemplar a su joya.

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Disculpen los posibles errores.
Que les agrade, espero.
Más adelante acción, de ambas, parecen estar tranquilas las cosas pero…
Que Zafiro se vaya adaptando y mejorando.
Antes.