CAPITULO 10

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Deseos

Valentine.

Abro lentamente los ojos mientras bostezo, me tallo los ojos con mis manos, miro a mi alrededor y me asusto al darme cuenta que no es mi departamento. Rebobino todo lo que pasó el día de ayer. La fuga de gas, el perro de Oleg...Oleg, es su departamento.

Volteo buscándolo en el lugar, no está.

Escucho que una puerta se cierra e inmediatamente la figura recién bañada de Oleg aparece en mi campo de visión. Lleva puesta únicamente una toalla enrollada en su cadera, tiene el cabello mojado y se le resbalan algunas gotas de agua sobre sus tonificados músculos, sus tatuajes, hace que se me seque la boca.

Que lo encierren por matar mi cordura.

—salí a correr y cuando llegué seguías dormida—dice acercándose a mi—no quise despertarte.

Me siento sobre en sillón mientras me despabilo totalmente. Oleg se inclina hacia mi, quedando a centímetros para después besarme importándole menos que me acabo de despertar y no me he cepillado los dientes, siento su sabor mentolado en mis labios.

—No..—digo separándome de él—aún no me cepillo los dientes.

Ríe.

—Hueles delicioso—dice yendo hacia donde creo que es su habitación— ya hice el desayuno—habla mientras camina— iré a vestirme, empieza sin mi si quieres.

Siento como mi corazón se ablanda como hace mucho no lo hace.

Escucho el sonido de mi celular avisando que alguien me está llamando, saco el móvil de mi bolsillo trasero.

Gracias al universo pude cambiarme antes de venir con él.

Es Dylan, mi asistente.

—¿Qué pasa? —cuestiono en modo de reproche.

Mi día está empezando de maravilla, no lo arruines.

—Llamo para recordarte que hoy es la cena de beneficencia de la empresa.

¡Joder! Lo había olvidado.

—Bien, recuérdame a qué hora debo estar ahí—indago.

Tomo asiento en el taburete de la isla de la cocina, encuentro dos platos llenos de huevos revueltos y tocino, una jarra de jugo de naranja y pan tostados a un lado. Nos sirvo un poco de jugo en cada vaso para mi y el hombre que se acerca a la cocina vestido totalmente.

—La invitación dice a las 7:00 pm—dice Dylan del otro lado de la línea.

—okay–me lamento.

Estoy obligada a asistir a esa tonta cena.

Le cuelgo a mi asistente después de decirle que confirme mi asistencia al evento. Oleg comienza a devorar el desayuno y yo hago lo mismo, no sabía que tenía tanta hambre.

—Hoy hay un evento-hago un mohín—. Una cena de beneficencia que da la empresa para las personas de bajos recursos.

Alza la mirada de su comida y me mira impasible.

—¿No quieres ir?—pregunta curioso.

—Había pensado quedarme en mi departamento hoy—musito—, no tengo ánimos de salir.

—Ya—dice con un tono afligido— ¿es necesario que vayas?

Su preocupación me saca de balance, ¿por qué se preocupa por mi? ¡oh no! No lo hagas.

Mi Oscuro Pasado ©Where stories live. Discover now