Barreras [J-hope]

4.

Estaba contento y a la vez nervioso, este día no tenía prácticas ni apuntes en la agenda, este día saldría con ella y con algo de suerte, si mis nervios me dejan, podría decirle lo que siento y más importante aún... Sobre su futuro.

Suena increíble pero toda esta historia ha transcurrido en sólo una semana, la cual la hemos pasado hablando por mensajes de texto y saliendo de aquí alla, en ocaciones hasta escapandome de la apretada agenda que siempre tengo.

—¿Tendrás una cita? Te veo bien arreglado y... Con perfume —dijo el líder, Namjoon, el cual siempre era como uno más de nosotros. Tenía un cierto tipo de confianza especial con él, he sabido que su madre no quería que fuera un cantante y lo alejaba de ess cosas que para él significaban más que un sueño, era su vida.

—Oh no, para nada, saldré con una chica —relajé mis hombros y seguí comiendo, los dos nos encontrábamos en la cocina desayunando junto con los demás.

—¡Oh! Esa chica, la extranjera que no habla coreano pero está aquí en Corea— dijo Taehyung, el aniñado del grupo, el cuál hablaba con la boca llena de su pan con queso.

—Ya, V, deja de hablar de eso y hablar con la boca llena — regañó Suga, que aveces parecía más nuestro padre que nuestro compañero.

—Deberías decirle que te gusta, aunque sea complicado, sabes... No puedes dejar que el tiempo pase sin arriesgarte, el tiempo es algo valioso y el futuro es demasiado insierto como para saber que sucederá en el mañana.— Y ese era Jin, la mamá del grupo, aparte de cocinar casi siempre él podía dar buenos consejos y escuchar nuestros problemas como ningún otro.

Todos ellos han sido mi familia en estos últimos años juntos, tanto que mi nostalgia por mis padres avece disminuía por estar con ellos, me sentía afortunado de tenerlo. Somos compañeros y también más que eso, una familia.

—¿Me pasas el jugo, hyung?— el maknae JungKook me sacó de mis pensamientos, volviendo a la realidad y haciendo lo que me pidió.

Era ahora o nunca, debía salir sí o sí y encontrarme con ella antes de que sea tarde. Soné el vaso en la mesa y me paré de inmediato, dejándolos solos en plena mitad de comida.

—Lo siento pero ¡Debo salir!— me despedí de ellos con una sonrisa de oreja a oreja mientras tomaba el pomo de la puerta para abrirla y salir por fin por esta.

"_____, ya voy para allá". Le mandé un mensaje con la esperanza de no haber ido muy temprano.

"Está bien, por cierto, yo... Tengo que hablar de algo contigo si no te molesta", respondió.

"¿Qué es?" contesté muy curioso y nervioso ¿Será aquella la respuesta con la cual pasé tantos insomnios?

"Te lo diré cuando vengas, te estaré esperado en el Café-Bar". Y guardé mi teléfono, caminando en dirección hacia mi encuentro.