Capítulo 8: Miedo

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No sabía que hacer...

El pequeño estaba llorando y no sabía por qué.

- "¿Qué hago?, está temblando"-.

El azabache estaba sorprendido por aquella situación. Tenía que reaccionar rápido.

Extendió su brazo izquierdo poco a poco, rodeando a Hinata y logró liberar su otro brazo del agarre del peli naranja. Apoyó su mano en la cabeza de este, haciendo que sus pelos suaves y rizados pasen entre en sus dedos, causando un tacto muy delicado.

No tenía idea de lo que estaba haciendo. Simplemente, lo hacia.

Acercó la cabeza del pequeño hacia su pecho, para que pudiera escuchar los latidos de su corazón y lograr tranquilizarlo.

Con el brazo que rodeaba a Hinata, lo pego aún más a su cuerpo, sintiendo el calor de sus pieles juntas, que solo estaban separadas por la tela de sus ropas.

El peli naranja estaba sorprendido. No pudo evitar sonrojarse como nunca.

Pero....ese abrazo estaba sirviendo.

Escuchar sus latidos le tranquilizaban.

Hinata también rodeo con sus brazos al azabache y se aferró aún más al abrazo.

Se sentía cálido.

Estaba protegido de todo el sufrimiento, la culpa y la soledad.

Se sentía a salvo.

No quería terminar ese abrazo nunca.

Por alguna razón, el azabache se sentía igual. No quería terminarlo.

Se dio cuenta que su compañero realmente lo necesitaba.

El único problema era saber exactamente qué le pasaba.

Se quedaron así un rato, hasta que Kageyama interrumpió el abrazo.

- Hinata - dijo mientras lo tomó de sus hombros y lo separó.

El azabache no podía aguantarlo más. Se estaba sonrojando como nunca y sentía que si seguían así, su corazón iba a estallar.

- ¿Q-qué fue eso? - preguntó confundido el más alto.

- Ah, K-kageyama, perdón, no se que me paso...- dijo nervioso, mientras se secaba las lágrimas con la manga de su remera.

- ¿A qué te referías con...no dejarte solo?-.

- Ah, eso, no sé ehh...-.

Hinata estaba nervioso, no podía encontrar alguna excusa para no revelar la realidad.

- Debe ser por miedo - confirmó el pequeño.

- ¿Miedo?-.

- Sí, a quedarme solo y que vuelva a hiperventilar. No quiero dormir...solo - dijo triste, mientras bajó la mirada.

En cierta parte, lo que decía era verdad. Tenía miedo, pero no exactamente por eso.

Se quedaron un rato en silencio.

Hinata, quería preguntarle, pero estaba nervioso y tenía mucha vergüenza de decirlo.

Aunque no le quedaba opción. Era lo único que serviría para mantenerse controlado y no agarrar el cuchillo, que sentía que lo llamaba desde la cocina.

Apretó los puños, junto valor y levantó la mirada.

- K-Kageyama, ¿P-Podés dormir conmigo? - dijo nervioso.

El azabache se quedo en silencio intentando procezar lo que acababa de oir.

- ¿¡EHHH!?, ¿¡Qué mierda decís!?. ¡Para nada lo haré!- dijo avergonzado.

Aʏᴜ́ᴅᴀᴍᴇ... | KᴀɢᴇʜɪɴᴀWhere stories live. Discover now