en cuestión de minutos, beomgyu perdió todo: su familia y su memoria. se sentía como en vacío oscuro sin ningún rayo de luz, después de haber perdido a su madre, ¿acaso había alguna otra motivación para vivir?
pues sí, y esa nueva motivación se llam...
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─hola madre, hola hermano. ─beomgyu dejó el ramo de flores en medio de ambas tumbas. su pecho dolía, este bajaba y subía con agresividad por su respiración agitada. sus ojos picaban por las lágrimas próximas que trataba de reprimir.
pero era inútil, el dolor que sentía era una tortura, nunca imaginó extrañar a alguien de esta manera tan intensa. era fin de semana por la tarde, casi noche, a esa hora las calles se iban despejando lentamente hasta quedar vacías con pocos autos circulado la autopista, se sentía tan desamparado.
─les traje estás flores, son sus preferidas. ─beomgyu se arrodilló frente a las lápidas, colocando el ramo en el seco césped que rodeaba ambas tumbas. beomgyu se quedó en silencio por unos segundos, observando el escrito de las lápidas y nuevamente recordó con dolor.
su familia está muerta y él no.
¿a caso era un castigo de dios? ¿qué tan malo podía ser mundo para que quisiera verlo solo y deprimido? odiando a sí mismo. era uno de los castigos más crueles que la vida le había puesto.
una lágrima rebelde cayó en el torso de la mano de beomgyu, dejando un húmedo camino en la mejilla de este. en sus profundos y oscuros ojos marrones, no había ni una pizca de brillo o esperanza, había olvidado la última vez que había sonreído, nada iluminaba su rostro, lo único que su mirada reflejaba era tristeza gritando por ser rescatado de esas tinieblas de pena, que inundaba su alma.
beomgyu no había vuelto a ser el mismo desde aquel día. la muerte no solo se había llevado la vida de su familia, también se había llevado el alma de beomgyu, dejándolo como un muñeco sin sentimientos ni ningún rastro de alegría.
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cinco meses antes del accidente.
01 de noviembre del 2018 12:03 p.m.
─¿Ya tienes todo listo? ─preguntó la señora con una sonrisa en su rostro, dando un pequeño apretón en el hombro de su hijo, este le devolvió la sonrisa y observó a su hermano a lo lejos. verlo hablar con aquella chica con tanto ánimo lo hacía tan feliz, estaba orgulloso de su hermano y estaría eternamente agradecido con esa chica por haber dado la iniciativa y no rendirse.
jinsu abrazó a beomgyu fuertemente, mientras susurraba cuánto lo iba a extrañar y el castaño solo reía por lo dramática que era su amiga. aunque tampoco debía mentir que la iba a extrañar, gracias a ella beomgyu dejó de ser alguien tímido y cobarde, con ella podía ser el mismo sin miedo a ser juzgado.
con ella, era feliz.
beomgyu dio un último beso en la mejilla de jinsu, como despedida. no se verían en un mes, pero para estos dos chicos era como no verse en un año. el castaño estaba por alejarse de jinsu para juntarse con su madre y hermano, pero la pelinegra lo detuvo, tomando su muñeca. beomgyu se volteó a verla de nuevo, y con sus suaves manos tomó su rostro, acariciando sus mejillas sonrojadas.
─¿qué sucede, jinsu? ─cuestionó beomgyu con una dulce sonrisa.
─dime que volverás, dime que me llamarás todas las noches. ─jinsu puso su mano sobre la de beomgyu, que aún se mantenía sobre la mejilla de ella. ─por favor.
─¡por supuesto que lo haré! jamás me olvidaría de ti. ─beomgyu besos la frente de jinsu y ella cerró disfrutando el momento.
─¿me lo prometes?
el castaño se separó de ella, mirando sus oscuros ojos brillantes, con ese singular destello que caracterizaba su mirada. ver la mirada de jinsu era algo tan relajante para beomgyu, podía ver todas sus emociones y era una vista preciosa, como ver las estrellas en una noche fría pero hermosa.
─lo prometo, jinsu.
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02 de noviembre del 2018
la espera es horrible, no puedo hacer nada y él no contesta su teléfono.
es una tortura, la desesperación me carcome viendo como las horas, minutos y segundos pasan sin saber ninguna noticia de él.
¿estará bien? mierda, ¡porqué nadie habla! tal vez soy una tonta enamorada asustada del bienestar de un chico que simplemente la ve como una amiga, pero no me importa.
yo acepté este destino, no importa cuánto duela. me tendré que conformar.
no llores jinsu, llorando no se soluciona nada.
joder, eres tan débil que incluso ya arruinaste la tinta del bolígrafo con tus estúpidas lágrimas, ahora no es momento de llorar. solo llama otra vez, manda mensajes, ¡no lo sé!
soy una estúpida por estar hablando conmigo misma en un papel en vez de estar buscando algún rastro de él.
¡eres una estúpida jinsu!
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