O1

911 96 12
                                    

─ 𝐒𝐚𝐧 ─


Otro viernes sin poder quedarme en casa. Genial.

Me aseguré de que mi teléfono estuviese completamente cargado antes de dirigirme hacia la salida de mi casa.
Me despedí de mis padres antes de salir. Tenían la sonrisa que muestran siempre que salgo a alguna parte. Una sonrisa con orgullo y esperanza, como si realmente socializara una vez llego al lugar. Si tan sólo supieran.

Intenté borrar sus sonrisas de mi mente para no sentirme tan culpable y seguí con mi camino. La casa a la que iba ahora quedaba bastante cerca de la mía, así que no tomé ningún bus. Tampoco demoré en llegar. Aunque aún así llegué un poco tarde. Fue a propósito, eso sí. Y logré mi objetivo; al ya estar en el lugar, como ya había bastante gente dentro, nadie se dio cuenta de que había llegado, y no tuve necesidad de saludar a medio mundo.
A esto le llamo beneficio de ser invisible número uno.

Ya había venido a esta casa una vez hace tiempo, por lo que fui hacia el sillón individual en el que me senté esa vez, y ahí me quedé.

Cada vez que vengo a estas cosas me pregunto la razón de que se hagan fiestas tan seguido. Normalmente hay una o dos por mes. Con una al año yo ya tengo más que suficiente. ¿Nadie aquí tiene algo mejor que hacer además de comer, hablar y bailar con música desagradablemente fuerte de fondo? ¿Cómo logran escucharse si quiera?

Intenté dejar de pensar en todo eso y, como siempre, hacer lo posible por hacer que el tiempo pase rápido.
Comencé a usar mi teléfono. Lo primero que quise hacer fue jugar a ese juego de recolectar gatos. No hay mejor juego.
Continúe con ese juego un rato, y luego con otros, cada cierto tiempo viendo la hora. Cuando ya no supe bien que más hacer, me quedé en mi teléfono, pretendiendo que estaba haciendo algo interesante. Otro clásico movimiento mío.

-Hola.

Hasta que escuche a alguien hablando cerca de mí. Levanté la mirada, y estaba un chico de mi clase mirándome con una pequeña sonrisa. Si mal no recuerdo, su nombre es Wooyoung.
Me quedé en blanco por unos segundos. Sin duda no estaba preparado para que alguien me hablara, o se diera cuenta de mi presencia en ese lugar. Incluso di un pequeño salto. Por suerte creo que él no se dio cuenta.

-Uh... Hola...-respondí haciendo mi mayor esfuerzo para formar una sonrisa normal. Conociéndome, probablemente no funcionó.

-Eres San, ¿no?

-Sí... ¿Wooyoung?

-Sip. -Se sentó en un sillón individual que estaba al lado del mío-. ¿Puedo hacerte una pregunta?

-... Supongo...

¿Qué clase de respuesta es esa? Sí o no, San. Sí o no.

-¿Por qué siempre estás solo? Siempre que te veo estás o viendo el suelo o viendo tu teléfono.

No supe bien qué decir. Varias preguntas comenzaron a formarse en mi cabeza. ¿Por qué preguntó eso? ¿Cómo sabe que eso es todo lo que hago en las fiestas? ¿Se dio cuenta de que vengo si quiera?

-Oh, lo siento, ¿fue una pregunta muy personal? Creo que no debí hacerla, perdón...

-No, no, está bien, no te preocupes...-dije algo apresurado-. Uh... Y bueno... Nunca hago mucho, sí... Prefiero estar a solas.

-Ah, ¿sí? ¿Por qué vienes a las fiestas entonces?

De nuevo no se me ocurría qué decir. Comencé a ponerme más nervioso con el silencio que se comenzó a formar, hasta que decidí repetir las cosas que mis padres siempre dicen.

𝐥𝐢𝐤𝐞 𝐲𝐨𝐮⎹ 𝐰𝐨𝐨𝐬𝐚𝐧Where stories live. Discover now