A Little Bit Of...[Jimsu/Jimin Harem]

• Epílogo •

Estaba listo, ya todo estaba mínimamente arreglado y cada detalle colocado en su cuerpo fue perfección hacia su vista.

Todo listo para irse a la fiesta a la que el diseñador Seokjin le había invitado.

Tenía ya la invitación en mano, subiéndose en su lamborghini aún con sus emociones ansiosas a flor de piel.

Lo coqueto y atractivo lo tenía, pero ojalá que Min Yoongi se fijara en él.

Ya todo estaba planeado.

O al menos lo creía así.

El recorrido fue con algo de música de fondo, obviamente Jimin estuvo atento en cualquier momento, conduciendo con tranquilidad hasta llegar a la dirección de la mansión de Kim Namjoon, su jefe, por así decir

Cuando ya estuvo cerca del hogar del alfa Nam, Jimin parqueó su vehículo en un espacio cercano a la casa del anfitrión de la fiesta, saliendo mientras arreglaba un poco los botones de su camisa.

Faltaba muy poco para entrar al lugar, y de verdad estaba sufriendo de solo pensar en no encajar.

-Bienvenido..- uno de los escoltas en la recepción le saludó, él amablemente le entregó la carta confirmando que si, había llegado completamente solo, pero al menos esperaba regresar a casa con el cariño de un omega de ojitos verdes.

-Muchas gracias..- Park sonrió, ingresando a la propiedad privada luciendo tan sexy y alarmante como habitualmente era.

Las miradas posadas en él no se hicieron esperar, cada persona susurrando palabras inentendibles, observando su presencia como si fuese un ser majestuoso.

Era increíble como él no encajaba pero las personas a su alrededor se acoplaban a su propio entorno, a su propia manera de ser.

Jiminie tragó grueso, con su alfa tan alterado por la presión que empezó a sentir. Empezó también a sentirse incómodo, pedía a gritos que alguien le salvara.

Todos parecían conocerlo, pero él no sabía quienes eran esos extraños.

-¡Hey, amigo! ¡Minnie!..- Sus ojos azulados se toparon con su superior Kim, quizás suspirando con algo de alivio al conocer aunque sea al dueño de la fiesta.

-Hola, hyung.

-Vamos Park, hay una mesa esperandonos a todos..- Nam pareció jalarlo hacia él, arrastrándolo al caminar mientras el ritmo fuerte sonaba por todos lados.

Yoongi, de verdad quería a Yoongi.

El líquido ardiente recorrió su garganta, pasando todo ese efecto por su sistema, sabía que si seguía de esa forma terminaría con el mundo dando vueltas sin parar.

-Vamos, Yoongi hyung,  te quedan cinco rondas..- Hoseok alegó, sirviendo los shots de vodka sin preocupación alguna, ocupando casi todos los licores que habían en la repisa de su jefe.