"La sonrisa del Príncipe." ♡ »Chae Hyungwon«

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La dulce brisa acompañaba a una pequeña niñita vestida con un simple y un poco descuidado vestido que le había regalado su madre, la cual había fallecido tiempo atrás. Por suerte, la niña nunca llegó a conocerla, así que no fue demasiado difícil superar el no tener una madre, pero aún siendo esta la situación, la necesitaba con ella.

Kyowo era su nombre.

Una niña que vivía en un orfanato, con niños que tristemente al igual que ella, habían quedado huérfanos, y en aquella época, parecía eso ser tan normal como que los plebeyos muriesen de hambre, frío y deshidratación.

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Kyowo había sido nombrada por su madre. Kyowo era una niña extremadamente parecida a su madre, por no decir que eran idénticas, aunque jamás habían tenido la oportunidad de mirarse a los ojos, y pararse frente a frente, otras personas podían saber que, efectivamente eran idénticas.

La madre de Kyowo, quien se llamaba Wonhee, un poco parecido a su nombre, era una mujer muy hermosa.

Sus cabellos al igual que los de su hija eran de un rubio que parecía oro, y aunque eso fuese una simple característica, las hacia ser conocidas en el pueblo en el que vivían en su reino, pues era algo raro de ver en plebeyos.

Además, ellas no sólo poseían ese bello color en su cabello, sinó que en sus ojos también poseían un bello color que ni siquiera unos Reyes o Reinas podrían tener.

Sus ojos eran de un celeste tan puro, tan precioso como el del cielo. Eran claros, casi parecían platinados.

Esas eran Bellas características que poseían. Aunque, si no fuese por el bello lunar que Kyowo tenía bajo su ojo derecho, sería la viva imágen de su madre.

Pero si alguien que hubiese conocido a Wonhee veía a Kyowo, podría confundirla.

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A Wonhee siempre le había gustado ver a todas las doncellas, reinas y gente que entraba y salía de palacios, o grandes casas de la realeza con vestidos grandes, pequeños, pero hermosos. Ella siempre había anhelado con todo su corazón el poder tener uno, de hecho, ese era su sueño. Un sueño muy pequeño y simple. Cualquiera al tener un sueño pensaría en un palacio, en una casa, en un reino, en miles de cosas, pero ella tan solo quería eso. Lamentablemente era tan difícil ser un plebeyo con un bonito vestido que era tonto. Porque la vida era tan injusta con los pobres plebeyos? Parecían estar obligados a vestir ropas simples, a veces rotas, a veces sucias, a veces tan solo de un solo color, cuando la gente adinerada, de la realeza podía vestir tantos colores como quisiesen.

Eso llevó a Wonhee a odiar un poco a esas personas.

Ella tan solo tenía un sueño, y no podía cumplirlo. No podía tener un simple vestido colorido, con vuelos, y miles de detalles, con encaje y quien sabe cuantas bellas cosas que podrían adornarlo, y a quien lo usara.

Ella sabía que si tuviese un vestido así y lo vistiese, sería superior a otras personas. Claramente solo en su cabeza, pero ella lo parecería, y eso la haría feliz, pues era triste su realidad.

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Antes de que la pequeña Kyowo naciese, su madre, Wonhee, había pensado en que también quería que su pequeña hija vistiese algo bonito, algo colorido, algo que fuese acorde a su persona, no un simple vestido blanco, o de algún color que no resaltara, pues ella sabía que su hija iba a ser tal y como ella, con un gran corazón, autoestima, y amor, y a esas personas acostumbraba a llamarlas "personas coloridas", un tonto, pero predecible nombre.

Esto lo había pensado desde que ella era una pequeña niñita, una bebé.

Aunque fuese muy extraño, ella podía ver el color de las personas, era por eso que ella a aquellas Bellas personas las había apodado de esa manera.

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Y de tal palo, tas astilla.

La pequeña Kyowo también tenía ese bello don, ese bello pensamiento.

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‹Capítulo de simples cosas que podrían interesarte sobre la protagonista Kyowo›