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Raven

—Ella los mató —me miró fijamente, y todo obtuvo sentido, es por eso que Lexa no solía hablar de su familia, eso tenía sentido, Clarke me lo había contado bastantes veces.

—¿Así fue como te hiciste cargó de Lexa? ¿Eso decía en la carta?

—El sobre estaba lleno de los papeles de Lexa, su acta de nacimiento, pasaporte, todo. La carta que sus padres me habían mandado decía que la cuidara por el día, que su tía, Luna Floukru, iría por ella, pero ella jamás apareció, porque ella murió cuando su avión perdió curso, salió en las noticias la muerte de los padres de Lexa, lo hicieron pasar por un asalto que salió mal, seguramente porque Azgeda les pagó para que lo hicieran ver así.

—¿Querían matar a Lexa también? —Indra negó.

—No, Azgeda no mata a los niños ni a los jóvenes, ella los secuestra y lo vendé, así con la muerte de sus padres y el dinero que consigue por los niños, se salda la deuda, pero lo de Lexa se volvió personal, Lexa la desafió al ser más lista y huir, ha estado todos estos años buscándola, me hice cargo de Lexa porque ella ya no tenía a nadie y ella solo era una niña, no dejaría que le hicieran daño. Hice los trámites necesarios de manera clandestina, y Lexa Cadogan dejó de existir, y se convirtió en Lexa Woods, la hermana menor de Anya y mi hija menor también, nos fuimos de Sídney a Melbourne, y así escapábamos cada vez que sentíamos que Nia nos pisaba los talones, ella no podía descubrir a Lexa, así que fuimos a Canadá un par de años en lo que se calmaban las cosas.

Lexa
Hace 10 años

Salimos de Australia cerca de la fecha de mi cumpleaños, no me sorprendía, toda mi vida había sido a base de huir, llegamos a Canadá y rentamos un departamento en Toronto.

Cuando fui un poco más consciente de lo que había sucedido a mi alrededor, Indra me explicó que era lo que había sucedido con mis padres, no tenía muchos recuerdos de ellos, murieron cuando yo tenia 6 años, aún sigo conservando a Heda entre mis maletas, me recuerda a ellos, ellos me la dieron, Indra se volvió en una madre para mi, y Anya y yo realmente nos tratábamos como hermanas, ella me cuidaba mucho, era solamente 1 año mayor que yo.

—Chicas, cuídense mucho en la escuela —no dejé de estudiar, solamente tuve muchas transferencias de escuelas, ya era común. Asentí a Indra y fuimos al autobús, sabía que no podía encariñarme demasiado con nadie, porque no duraría mucho aquí.

—¿Ya sabes tu horario, mapache? —me miró Anya y le sonreí asintiendo, así me decía ella de cariño porque solía llevar a Heda a todos lados.

—Si, ya lo tengo todo listo —ella me abrazó y me revolvió el cabello.

—Bien, no te metas en muchos problemas si yo no estoy —bajamos del autobús y cada quien se fue a sus clases, a veces me sentía algo culpable, si Indra no me hubiera adoptado, ni ella ni Anya tendrían tantos problemas, Anya pudo haber tenido una vida normal como cualquier otra chica de 15.

Fui a la cafetería cuando las clases terminaron, moría de hambre y Anya aún tenía un par de clases, así que no podía regresar a casa sin ella. Comí tranquilamente en la cafetería, no había mucha gente a esta hora, saqué mi celular y me puse a jugar con el, no tenía para mensajes, cambiaba mucho de celular, y este aun no tenía numero, pero tenía una cuenta oculta de Facebook que compartía con Anya, nunca publicábamos nada, pero servía para comunicarnos si no teníamos celular.

—¿Qué? ¿Tienes miedo? —se escuchó a mi espalda, volteé a ver que sucedía y vi que estaban molestando a una chica, creo que la vi en un pasillo.

Una chica más grande la estaba molestando, creo que la intimidaba, parecía que iba a golpearla, fui rápidamente hacia ellas y me interpuse.

—No te metas con ella —fruncí el ceño y la chica se rió.

—¿O qué? —me empujó.

—O te las verás conmigo —apreté los puños, la chica me empujó con mucha más fuerza, iba a patearla pero Anya se interpuso.

—No te metas con mi hermana, idiota —empujó a la chica y la golpeó, Indra nos había enseñado a defendernos, más bien, pago clases para que aprendiéramos, y ella también aprendió—. Si se vuelven a meter con ellas, las dejaré sin dientes —las chicas se fueron, Anya era ruda—. ¿Estas bien?

—Si, solo fue un empujón —le sonreí a mi hermana—. ¿Tú estas bien? —su nudillo estaba rojo.

—La cara de esta tipa es dura, pero no importa —me sonrío—. No se metan en más problemas, tengo que ir a clases —Anya se fue y miré a la chica.

—¿Te hizo algo? —ella negó y yo asentí—. Me llamo Lexa.

—Octavia —sonrió de lado—. Gracias por defenderme, nadie lo había hecho antes —asentí.

—No hay de que, fue un placer ¿quieres comer algo? —ella asintió y la acompañé a comer, porque yo había comido recién.

Con Octavia me hice muy unida, me sentí algo identificada con ella, ella tampoco tenía padres, nunca conoció a su padre y su madre murió, vivía con su tía Diyoza, yo no podía decirle mi historia, así que solo le dije que la entendía, por lo de su padre, pues en la historia que Indra creo para mi, que era la misma que Anya, nuestro padre nos dejó.

Me fui de Canadá dejando a Octavia, lo cual fue una pena, volví a Australia, pero para mi sorpresa, Octavia pidió un intercambio en la escuela y vino a Australia conmigo, los siguientes años de escuela los pasamos juntas en Australia, fuimos amigas gran parte del tiempo, hasta que le dije a Octavia que era gay.

—¿Te gustan las chicas? —ella me miraba asombrada y yo asentí algo nerviosa. Se quedó pensando unos segundos y después me sonrió.

—¡Genial! ¡A mi también! —me abrazó y yo reí, no sabía que a ella también le gustaban las chicas, pero debí suponerlo.

Octavia me besó en uno de los bailes de bienvenida de la escuela, y comenzamos una relación... informal, no era nada serio, y creo que fue gracias a eso que le tengo la confianza que le tengo, ella me ha visto en muchos más aspectos de los que la mayoría de la gente jamás me verá.

Los siguientes años a ese no fueron distintos, al menos no lo fueron hasta que decidí que aunque tuviera que huir quería hacer realidad mi sueño, y tenía que ir a Los Ángeles para ello. Octavia dijo que volvería a Canadá con su familia, y yo decidí ir a intentar hacer una vida en Los Ángeles, pero bueno, creo que lo demás es historia.

Vuelve a mi (Clexa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora