9-) La belleza de una rosa muerta

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—Capítulo nueve—

  —Capítulo nueve—

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AURORA GARTI


Tenía mis tacones en mano mientras caminaba descalza por el pasillo de las habitaciones de mi edificio, mierda, huí de su casa como si fuera una cualquiera

¿Acaso no lo eres?

Cerré mis ojos con molestia ante la voz, no es el momento

Aún no he contestado las llamadas de Zach que aumentan cada hora y muerdo mi dedo pulgar al saber que tendré que mentirle por primera vez y todo por el imbécil de Axel.

Debería odiarlo, así tal vez lo que sea que sienta por él desaparezca

Al abrir la puerta de la habitación me encuentro con una Isabella sentada en la orilla de su cama y sus ojos hinchados y rojos, mientras sollozaba en voz baja

— ¿Estas bien?— le pregunto una vez que estoy dentro cerrando la puerta atrás de mi

¿Que clase de pregunta estúpida es esa? Claramente no lo está.

Su atención se dirigió hacia a mi y limpio rápidamente algunas lágrimas— Si, lo siento es que.. pase toda la noche en una clínica con Brett y estoy algo abrumada por el hecho de que casi lo pierdo

Asentí en comprensión— ¿Como se encuentra?

— Mucho mejor— me sonrió o hizo más bien un intento de eso— Gracias por preguntar, ¿sabes algo de Axel?

Trague grueso y desvíe la mirada dirigiéndome hacia el baño— No, no lo he visto desde ayer en la noche

— ¿Y tú donde estabas?— me miro con dudas

— Yo.. fui a casa de mi mejor amiga Hazel, dormí allá— ella asintió no muy confiada de mis palabras pero al final termino creyendo

— Bueno, tengo que irme— se puso de pie y tomó su bolso— Tengo que volver a la clínica solo vine a buscar unas cosas, te veo mañana y.. lamento no poder darte un buen primer día en Lanster— me sonrió como disculpa

— No hay problema tranquila

— Ah— se frenó antes de salir— Alguien dejó en la puerta algo para ti— señaló mi cama— Tienes un admirador secreto y ni hemos empezado clases— me sonrió a boca cerrada— Te veo luego, adiós

Dirigí mi vista lentamente hacia mi cama y me paralice, era una carta y junto a esta había una rosa roja, la cual ni pensaba tocar ya que tenía muchas espinas. Trague grueso y en pasos dudosos me acerque, sentí que el corazón en cualquier momento se saldría de mi pecho y mis manos comenzaron a sudar y a temblar.

— Tranquila— me dije a mi misma respirando hondo antes de tomar la carta— Es solo una nota inofensiva, eso es todo— y antes de dudarlo, la abrí

En el final del arcoíris © [ ✓ ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora