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—Hyung...— murmuró Jimin en voz baja —¿Está seguro de que llegamos al lugar correcto? Esto es una mansión...y no veo a nadie en el interior, pero se ve demasiado limpia como para que esté abandonada.

Tanto Yoongi como Jimin estaban parados frente a una antigua casa blanca con detalles de piedras azules muy preciosas, finas y elegantes. Habían tomado el autobús a primera hora de la mañana, saliendo con Google Maps abierto en el celular del mayor y siendo guiados hacia esa dirección misteriosa. El tema, es que ninguno de los dos esperó encontrarse -literalmente- con una mansión de fachada antigua y gótica,  pero perfectamente cuidada, como si no hubiera sido alterada ni en lo más mínimo por el paso del tiempo. De cierta forma, eso le daba el mismo aspecto que el castillo de la aldea, parecía no necesitar un cuidado estructural.

Cautelosos, avanzaron hasta la puerta de entrada y notaron que el marco era completamente de oro, los detalles azules tenían como base a la legendaria piedra zafiro, y el blanco inmaculado que se veía desde lejos era gracias al mármol metamórfico. Ahí dentro debe hacer un frío de los mil demonios.

—Debió costar un dineral construir todo esto— susurró Yoongi, pasando la palma de su mano sobre la pidra blanca con pequeños rayones grises, admirando casi hipnotizado la belleza adherente de esa construcción —¿Qué tan seguro crees que sea entrar aquí?

Jimin se encogió de hombros, dudoso, e intentó mirar por la ventana que había un poco más a su izquierda, las muletillas le dificultaban el caminar, pero ya casi se estaba acostumbrando, sólo necesitaba un poco más de práctica. Ahí dentro únicamente se veía un gran salón de baile con piso laminado que aparentaba ser de madera lisa, la pared de enfrente era adornada por un gran ventanal que daba directamente hacia el jardín trasero, por un momento le recordó al ventanal que había en la cabaña, justo al lado de la chimenea.

—Tocaré el timbre —anunció Yoongi, y a los segundos después, una dulce y suave melodía de piano se escuchó desde el interior del recinto. Al ver una silueta de hombre con túnica dorada atravesar el jardín para llegar a ellos, Jimin se sobresaltó y fue a colocarse junto a su mayor, sujetándole el brazo con toda la extensión de su pequeña mano, provocando que Yoongi sonriera enternecido al ver los dedos del menor intentar aferrarse con fuerza a su camisa —¿Qué viste, pequeño?

Jimin ni siquiera logró abrir la boca para responder, cuando la puerta frente a ellos se deslizó hacia el lado, y un joven más alto que ellos, de tez morena con cabello castaño y túnica bañada en oro, les dio la bienvenida con las palabras más extrañas que habían escuchado en su vida. —Adelante, por favor, Él los está esperando— bueno, en realidad, ya era segunda vez de Jimin, la primera ocasión en que le dijeron algo como eso fue en la aldea, no recordaba con exactitud quien fue, pero por las historias que le contaba su mayor, Jimin asumía que fue Bae.

—¿Él?— preguntaron al unísono.

—Ustedes son los últimos enviados— dijo el hombre frente a ellos, sereno e inmutable —Él los ha estado esperando desde que ustedes pudieron volver al mundo real.

Jimin se removió inquieto —De acuerdo— afianzó el agarre que tenía sobre el mayor y suspiró, tomando valor para soltar las siguientes palabras —Pero díganos quién es él, o no entraremos.

El joven solamente sonrió, sacando a relucir unos precioso hoyuelos que tenía en ambas mejillas —Me temo que no puedo decirles quien es él, tienen que verlo por su cuenta, es parte del protocolo...y del proceso. Porque si yo les dijera que él no tiene nombre, ¿seguirían preguntándome quién es?

—Bien, no estoy para clases de filosofía, me importa un rábano quién es— dijo Yoongi, sabiendo que el joven sólo quería hacerlos dudar de su existencia y arrinconarlos contra la pared para que no tuvieran más opción, cosa que estaba logrando a la perfección. Pero si Bae los había enviado a ese lugar en específico, fue por algo, y no podían permitir que les prohibieran descubrir para qué.

Jimin lo miró ofendido —Si nuestros padres luego tienen que pagar un rescate, es su culpa, hyung— murmuró con un pequeño puchero en sus abultados labios, pero manteniendo todavía el agarre sobre su brazo.

El hombre frente a ellos emitió una pequeña risa al verlos discutir y se hizo a un lado para dejarlos pasar, pero al ver que ambos aún titubeaban, les dijo: —Mi nombre es Kim Namjoon. No puedo revelarles la identidad de él, pero sí puedo revelarles la mía, espero que ahora que saben mi nombre, se sientan un poco más acogidos. No están aquí para que luego sus padres tengan que pagar un rescate.

En la última parte se dirigió hacia Jimin, sin dejar de sonreír y guiñándole un ojo de forma cómplice. El sujeto cada vez le agradaba mucho más, estaba siendo transparente y afable, tal vez de verdad no corrieran peligro, era cómo retroceder y volver a la aldea, donde nadie era capaz de hacerle daño a otra persona. Jimin conectó su vista con la de Yoongi y ambos asintieron, iniciaron esto en caminos separados, pero ahora lo iban a terminar juntos, como siempre tuvo que haber sido.

Siguieron a Namjoon a través del gran salón de baile, lo ayudaron a correr el ventanal y salieron a la frescura revitalizante que tenía el jardín —Personalmente prefiero llegar hasta él por este camino— les dijo, señalando con su mano toda la naturaleza que rodeaba el lugar, incluyendo los muros de piedra que delimitaban el área —La mansión es muy fría y solitaria, el jardín, en cambio, me hace sentir como si estuviera vivo otra vez.— caminaron por toda la orilla hasta llegar al otro extremo de esa construcción, su guía abrió una puerta y los hizo entrar nuevamente. Ahí, un hombre cubierto con una túnica muy similar a la de Namjoon, estaba sentado de espaldas a ellos, con los codos apoyados en las rodillas y los dedos índice y pulgar de cada mano, tocándose mínimamente.

Estaba meditando en un pequeño salón que tenía el olor pastoso de los inciensos y las velas impregnado hasta en las paredes.

—Han llegado, señor— anunció el joven de los hoyules, dando un paso al lado y manteniendo una inclinación muy pronunciada.

Cuando el hombre frente a ellos se coloca de pie y se voltea para verlos a los ojos, Yoongi palidece más de la cuenta, soltando un grito con complejo de alarido que trituró sin piedad los tímpanos de todos los presentes —¿¡Jeon Jungkook!?

Cuando el hombre frente a ellos se coloca de pie y se voltea para verlos a los ojos, Yoongi palidece más de la cuenta, soltando un grito con complejo de alarido que trituró sin piedad los tímpanos de todos los presentes —¿¡Jeon Jungkook!?

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Se supone que este iba a ser el último capítulo, pero se alargó demasiado, así que decidí dividirlo en dos partes c:

La buena noticia, es que no tendrán que esperar hasta el martes, porque mañana subiré la segunda parte, y oficialmente "perdido" habrá terminado ❤🤝

𝑷𝒆𝒓𝒅𝒊𝒅𝒐 // Yoonmin ✔✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora