The Worst of All

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"When I first met you,

You were nothing more than another face. But six months later, and you're the only face I could ever find, In a crowded place"

...

Tweek podría decir que no reconocía a la persona que estaba reflejando en aquel momento el espejo. A pesar de que en el último año se había sumido en aquella costumbre de no usar más que negro y derivados del mismo tono en su sencilla vestimenta diaria, y que el imperfecto delineado con lápiz negro estuviera resaltando siempre sus brillantes ojos verdes.

Esta era la primera ocasión en la que no se sentía como si fuera sólo un adolescente influenciable con deseos de llamar la atención. Y demostraba ser un verdadero seguidor de la ideología gótica. O por lo menos, aquello era lo que le hacía aparentar su nuevo look, ahora que se dedicaba a apreciar los detalles de este; consistiendo en unos jeans ajustados negros sostenidos por un cinturón grueso tachonado, una camiseta verde pino con una chaqueta negra de cuero tirada sobre ella Y unas botas Chukka del mismo material para el invierno.

Todo esto logrado tras una larga tarde de arduo trabajo por parte de Henrietta. Y claro, en menor cantidad, de Craig, quien no había dudado ni un segundo en ofrecer su ayuda a su más querido amigo en cuanto captó las razones que rondaban tras todo aquel embrollo.

Porque ya era todo un hecho para el peruano y el resto de sus partidarios. Eso que había comenzado como una típica crisis existencial juvenil, en la que su amigo había determinado que estaba exhausto de desconocerse, por intentar encajar en la compleja sociedad estudiantil que se mantenía en la escuela. Su forma de liberación había culminado con el rubio generando sentimientos hacia quien menos lo había esperado: El chico gótico del mechón rojizo, con el que en un principio no había simpatizado mucho; pero con quien paulatinamente había logrado establecer un vínculo de confianza, tras demostrarle a este que no sólo era un ser indefenso en busca de quien le brindara protección, como la mayoría de la escuela pensaba.

Tweek con todo orgullo, podía regocijarse de haber llegado a conocer aquel lado del cual se avergonzaba el reservado godo; Ese que se salía del contexto gracias a una canción, una lectura, un gusto significativo, o algún comentario profundo que se escapaba cuando por desgracia, pensaba en voz alta. Pero para suerte de Pete, tales situaciones terminaban por convertirse en un pequeño secreto de ambos.

Pese a que Tweek lograba apreciar la personalidad de este, para sus otros amigos, ningún integrante de aquel grupo les resultaba de su agrado para el bienestar de su nervioso y sobreprotegido amigo. De todas formas Jimmy, Token y sobretodo Craig, le habían manifestado su apoyo en cuanto lo supieron por boca suya hacia algunos meses atrás. Clyde también, claro, pero de la misma manera a regañadientes con la que se había tomado la noticia de que el cafeinómano se uniría a los góticos a inicios de la preparatoria.

Por otro lado, Henrietta era la única de los otros chicos que sabía de los sentimientos del hijo único de los Tweak. Tras enterarse hace unos días atrás cuando le acompañaba a volver a casa, ella había estado más que emocionada por ayudarle. Lastimosamente, la paciencia de la joven era limitada con quienes no tenía la suficiente confianza, y Tucker como si lo adivinara, había estado curioseando todo aquello que se encontraba en la sombría habitación desde que habían llegado hacía unas horas atrás, después de una larga jornada de compras.

Henrietta ingresó de nuevo al cuarto tras ir a hurgar al de su madre por el maquillaje que le hacía falta. Cerrando la puerta tras de sí, su mirada no reflejaba más que disgusto al encontrarse con Craig tomando entre sus manos su delicada bola de cristal, la cual le arrebató con desdén para regresarla a su sitio con cuidado.

The Worst of All [Petweek]Where stories live. Discover now