1. Heredero

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Tenía ocho años cuando unos tipos llegaron a su casa.

Su padre y la madre de su hermanastra Tsumiki se habían desaparecido dejándolos solos y desamparados en una destartalada casa en medio del invierno. Entre los dos se las habían arreglado para sobrevivir solos, ambos trabajando y cuidándose mutuamente.
O fue así hasta que su hermana enfermo.

Y después de eso unos tipos vinieron a llevárselo.

Ese día le arrebataron de los brazos de su hermana, quien débil se aferraba a la tela gastada del kimono del niño, rogando a los hombres que lo suelten, que era su pequeño hermanito y no tenía a nadie más, que los dejaran estar juntos.
Pero pese a todos los ruegos cargados de dolor de Tsumiki, el fue llevado por esos hombres mientras lloraba y gritaba por su hermana, pidiéndole que se quedara recostada cuando la vió salir de la humilde casa, sin abrigarse, descalza en medio de la blanca nieve que maltrataba sus pies, congelaba sus dedos, y enfermaba su cuerpo ardiendo.

La vio tirarse de rodillas, fatigada, dejando escapar vapor caliente de su boca por la apresurada respiración que movía violentamente su pecho, sus lágrimas se derramaban por su rostro mientras intentaba arrastrarse, dejando un rastro de gotas carmesí por donde pasaban sus lastimados pies en un intento vano por alcanzarlos.

Solo pudo llorar mientras la veía a la distancia siendo cargado por uno de esos tipos mientras finalmente la perdía de vista, a su querida, buena y dulce hermana.

Solo pudo llorar mientras la veía a la distancia siendo cargado por uno de esos tipos mientras finalmente la perdía de vista, a su querida, buena y dulce hermana

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Desde que llegó a aquella gran mansión perteneciente a la familia más influyente del país solo podía sentirse como un objeto. Cuando llegó se enteró rápidamente que su padre lo había vendido, todo porque una vez le mencionó que veía cosas extrañas moverse por todas partes a las que más tarde le enseñaron que se llamaban maldiciones, nadie se esmero en ocultarle que había sido tratado igual que a un producto que vendían en un mercado, como a una oveja que cambian por dinero.
Había sido utilizado en una  transacción por su propio padre.

Los Zen'in, quines habían pagado por él, eran una prestigiosa familia, llena de riquezas de dudosa procedencia, que ahora, cobraban mucho sentido. Y era que todos ellos eran hechiceros. Gente especial que manejaban la energía maldita y podían ver maldiciones. Y esos tipos lo compraron para nombrarlo heredero y pasarle la enseñanza de la técnica de las diez sombras. 

Le contaron que este clan estaba acostumbrado a comprar niños con talento cuando los herederos de sangre no cumplían con las espectativas del clan para ser el heredero único. Y a él lo trajeron bajo esas cirscunstancias.

Lo nombraron como el joven heredero, futuro líder del clan, sometiéndolo a entrenamientos duros, a misiones en las que muchas veces pensó que moriría, recibiendo día a día miradas frías, solo lo veían como el futuro cabeza de familia, sin amor, sin cariño, sin libertad.

Let's run away || ItafushiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora