Me vuelves suave

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—¿Y? ¿Qué es lo que tenías que hacer?

Mi hermano se acababa de sentar en su escritorio, pero sólo sacó unas copias y se puso a ver algo en el celular.

—Oh, ¿te interesa?

Literalmente estoy acostado en la cama pensando si debería o no enviar un mensaje, Edson. Cualquier cosa es interesante si me distrae de mi gay panic.

—No.

—Entonces no te diré.

—Eres un idiota —murmuré, observando la pantalla de mi celular con un número demasiado familiar que parecía estar burlándose de mí.

—Bueno, ya somos dos.

—¿No habías dicho que los que estaban en el cuadro de honor eran estúpidos? —pregunté burlonamente, mordiendo la última paleta que me había regalado Ed.

—¿Acaso quieres que repruebe todas mis materias?

—Sería divertido.

—Bueno, pasar anatomía y no irme a un extraordinario es más divertido —Puso un marcatextos sobre la página que estaba "leyendo" y luego me miró—. ¿A quién llamas?

¿Eh? Bajé la cabeza y observé con pánico mi celular.

—A nadie —Colgué. Mierda.

—Voy a ignorar el hecho de que casi aventaste el celular.

—¿Puedes fingir que estudias anatomía después y jugar conmigo? —Me levanté a agarrar un control—. Blake me dijo que quería hacer equipo contigo.




Sólo tenía puesto un pants y una camisa de manga larga que ahora sentía que era demasiado delgada. Sí, debería haber traído un suéter pero eso hubiera implicado abrir el clóset en la oscuridad y arriesgarme a despertar a Edson, quien tiene el sueño ligero. Además, sólo iba a despejar mi mente un poco yendo a comprar algo que no necesitaba realmente, así que daba lo mismo que me congelara un poco.

La noche estaba silenciosa y nada especial comparada a otros días. Sólo había oscuridad, como si las estrellas se hubieran puesto de acuerdo para dejar la conversación. Metí mis manos frías en los bolsillos, que probablemente estaban ya como hielos y caminé más rápido de lo que planeaba, justo a unos pocos metros detrás de una mujer. Ésta apresuró el paso cuando sintió mi presencia.

Asenté unas quince paletas de fresa y un paquete de gomitas que le gustan a Edson sólo porque estaba de suficiente buen humor como para pensar en él. El ligero movimiento de cejas de la cajera se me hizo gracioso, pero recibí mi cambio con indiferencia. Y justo cuando iba a poner la música en play otra vez, una llamada interrumpió mi acción. Mi corazón pareció dar un salto en mi pecho y luego siguió latiendo como si acabara de hacer alguna actividad física. El nombre en la pantalla era "Prince".

¿Debería contestar? Oh Dios, odio tanto las llamadas. Pero es Maro...

—Hola —dije casi en un susurro.

—¿Hola? Tengo una llamada perdida de este número.

—Oh —dije brillantemente, agarrando la bolsa de mi compra y caminando a la puerta de salida.

Hubo un silencio del otro lado de la línea, y por un segundo creí que había colgado.

—¿Eres...?

Mi mano en la puerta se detuvo a medio movimiento, y mis ojos no podían creer que la persona frente a mí era la misma en el teléfono. Maro, quien tenía una chaqueta de mezclilla, rizos perfectos y una sonrisa que llegaba a sus ojos. Cuando vi esa imagen quería gritar.

Breathless [gay]Where stories live. Discover now