Capitulo 4

736 60 27
                                    

Capitulo 4: Él, llego para quedarse


Fidel y Andrea acompañaron a Maya a su trabajo en el pubs riendo entre ellos tres, parecía que la desparecían de él nunca había ocurrido ya que nada se sentía extraño o diferente.

Al llegar a su trabajo vieron como Sebastián (Quien, se marchó uno de los primeros del ensayo) saliendo más enojado que nunca, les dio una mirada al trio que Maya no supo determinar retirándose sin decir nada.

Algo raro del, de su forma de actuar, ¿además que hacia aquí sí?... Daniel, el pensamiento la alerto.

Se despidió enseguida de sus amigos, saludo a la mujer del dueño y se fue a cambiar al baño. Una vez lista salió directo a trabajar pero no tenía contemplado llevarse un gran susto.

― Hijo de... la tía― dijo en un gran suspiro. Daniel estaba afuera del baño de frente de la puerta viéndola.

― Asique... hola ―le dijo con esa sonrisa que ella moría.

―Daniel ¿Cómo estás? ―le respondió riendo, si era una total tonta, pues no podía estar enfadada con él, esa sonrisa suya le destruía sus muros.

―Bien, aunque estaría mejor si mi mejor amiga no me hiciera preocuparme o anduviera por ahí agarrada de cualquier hombre ― le dijo con una sonrisa de medio lado, marcando la ironía.

―Asique a eso vino Sebastián, que bueno que te enteraste que Fidel volvió, me ahorro saliva ―le respondió saliendo, obligando a Daniel a retroceder― Bueno, tu mejor amiga no te tendría preocupado y te respondería si el también cumpliera con su parte.

Daniel la atrajo rápidamente a él apegándola a su pecho, paso sus manos por la cintura de Maya, y la miro profundamente, causándole dificultad para respirar a ella.

―Sé que fui un tonto, pero eres mía ―le dijo a unos centímetros de tu boca, lentamente, marcando la última palabra, sin dejar de observarla.

―Oh, claro yo no puedo tener amigos, o ex, pero tu si, creía que ya habíamos hablado de eso. ―comento con ironía, tratando de mirar solamente sus ojos para abstenerse de besarlo.

―Hablamos de Fidel ―le dijo con una ceja levantada

―Hablamos de Sandra ―contraataco.

―Maya que yo quiero terminar con ella ―le dijo abrazándola más, obligándola a escuchar su corazón, escondiéndose de su rostro― es difícil hacerlo, nunca me deja hablar.

― Daniel en unas semana salimos del colegio, y más pronto de lo que crees nos iremos a Europa, yo no quiero que nos llame cada 15 minutos.

―No la amo ―le dijo, obligándola a verlo, alzo su pera para conectar sus miradas, pudo notar su respiración chocando su rostro, Daniel estaba peligrosamente cerca de su boca.

Autocontrol, estaba poniendo todo el autocontrol posible de ella para no besarlo. No podría soportar tanto tiempo, lo sabía, su cuerpo comenzaba a traicionar.

―Es muy cruel de tu parte entonces.

―Maya, yo no la amo ―su mirada viajo de sus ojos a su boca, que... estaba apetitosamente cerca del, ¡Maya! Se regañó, no era momento para pensar en esos labios carmesí, carnosos... ¡Maya! La alerto nuevamente su subconsciente, prestando atención a las nuevas palabras que salían de Daniel― Maya terminare con ella porque quiero estar con otra persona.

Al oír aquello, un escalofrió le recorrió todo su cuerpo, otra más, sin duda genial.

― ¿Que te he dicho sobre terminar y empezar enseguida una relación? ―le comento  algo enfadada, cruzándose de brazos y alejando su cuerpo de él, más por dentro, estaba herida, una nueva novia.

Último destino a tu corazónWhere stories live. Discover now