11.

498 58 1
                                    

Lucas se acercó con lentitud al hada de pelo negro mientras miraba también por unos segundos a TaeMin, quien había ido con él y es que les había resultado raro que el chico se quedara durante un largo tiempo en el baño y aun no saliera al punto de que Jeno ya se había ido a dormir y todo, por lo que si, ellos como buenas personas deseaban saber que le estaba ocurriendo y si se encontraba bien.

—¿Chittaphon?— TaeMin susurró, y a pesar de que tenía la llave maestra para abrir cualquier puerta, esperaron un poquito hasta que finalmente al no recibir respuesta y tras mirar a Lucas, decidió actuar, abriendo la puerta y escuchando el ruido del agua caer, pero es que al abrir un poco más, la imagen de ese chico en el suelo con un tanto de sangre llamó la atención de ambos.—¡Chittaphon!—

Lucas fue el primero en ir, acercándose a ese chico y alzándolo con cuidado a modo de princesa, observando su abdomen para ver como este subía y bajaba de forma muy lenta, cosa que preocupaba mucho más y miró a TaeMin cuando este también lo miró antes de llevarse a ese chico a su cuarto, Lucas memorizó lo que había que hacer, mirar si la herida era muy profunda, si no era así, le pondrían una venda y esperarían a que se despertara, y si era profunda lo llevarían directo al médico, estaba clarísimo.

Lo llevaron a la habitación que compartían ambos, poniendo una toalla en la almohada para que así la sangre si seguía cayendo no se fuera a la cama de uno de ellos dos, quienes ahora mismo no podía engañar que no sabían de quien era esta, dato sin importancia en ese momento donde una vida estaba casi pendiente.

—Deja, yo me encargo de esto.— TaeMin habló sonriendo de manera leve, y es que él sabía de primeros auxilios, aun que era lo mínimo que podía hacer, sentía que serviría. Por ello giraron con cuidado a la hada, viéndose tentados por unos largos segundos, casi minutos, por el trasero del chico, el cual se quedaron mirando sin importarles nada, ¿cómo no podían mirarlo si daban unas ganas enormes de apretarlo hasta que se quejara ante el placer que sintiera? No, no tenían que hacerlo, cosa que hizo que el coreano golpeara a su amigo.— Deja de mirar.—

Aclaró antes de vendar con cuidado la cabecita de aquella pequeña criatura, mientras que Lucas no paraba de mirar abajo, le daba igual que TaeMin le dijera que no mirara, él lo seguía haciendo hasta que su mano se movió para tocarlo, sintiendo nuevamente un golpe.

—No podemos tocarlo, dijimos que los lobos no tocaríamos a un hada, menos inconsciente, que no sabe ni lo que pasa.— La voz de la conciencia sonó como en voz de TaeMin, cosa que le hizo tragar duramente antes de asentir, era verdad, no podía ser tan cruel como JaeMin, por lo que se quedó mirando en silencio lo que hacía, fijándose en la venda de la cabeza del chico y pensando como se había hecho ese golpe.

DolphinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora