Reacciones fisiológicas

2.6K 292 238
                                    

Trigger warning: Hay referencias explícitas a situaciones sexuales (o, como diría Harry, respuestas fisiológicas en áreas localizadas).

-----

Lady rascó en la sábana. Draco quiso decirle que le dejase en paz. Ella saltó encima de la cama y volvió a rascar y maullar. Draco abrió los ojos, maldiciendo los antepasados de la gata y los del humano que había decidido que era buena idea convivir con ella. Al verle despierto, Lady bajó de un salto e hizo sonar una caña con una pluma atada al extremo, dejándola caer al suelo varias veces.

—Genial, el puto gato de Potter quiere jugar conmigo —suspiró Draco.

Se levantó. Movió las piernas, gratamente sorprendido. También respiró profundamente, satisfecho por la sensación de su pecho hinchándose.

—Muy bien, descarada —accedió con una sonrisa feliz—. Dame tiempo a ir al baño y vuelvo.

Entró en el baño seguido por Lady. Sentado en la taza, aprovechó a hacerle unas pocas caricias a la gata, que se frotaba insistentemente contra su pierna, demandando atención. Draco dirigió sus caricias a la base del rabo, sabía que muchos gatos adoraban ser acariciados ahí. El efecto fue instantáneo, Lady se derrumbó en el suelo ofreciéndole la tripa.

Volvió a la habitación y abrió las cortinas. Calculó que era aproximadamente la misma hora que el día anterior. Lady se había adaptado a sus horarios rápidamente e interpretaba que esa era la hora de levantarse de Draco.

El desayuno estaba en la bandeja. Sentándose en el borde de la cama, Draco cogió la caña y, sin saber muy bien cómo esperaba Lady que jugase con ella, la movió de un lado a otro. Inmediatamente, la gata empezó a perseguirla haciendo saltos imposibles, atrapándola cuando Draco no era lo suficientemente rápido.

Draco se lo puso más difícil, moviéndola por encima y debajo de la cama, y Lady disfrutó aún más, subiendo y bajando de la cama, agazapándose para cazarla cuando la escondía bajo la almohada o las sábanas. Draco se sorprendió al oírse reír a carcajadas y disfrutar tanto como Lady del juego. Finalmente, la gata se dejó caer en la cama, agotada, y Draco aprovechó para acariciarla suavemente.

—Creo que ya entiendo por qué Potter te tiene aquí viviendo. —Lady se lamió una pata para comenzar su ritual de acicalamiento—. Ahora echo de menos haber tenido un gatito como tú haciéndome compañía.

Lady le devolvió una mirada de entendimiento y, con cariño, le dio un par de lametones en la mano con la que estaba acariciándola antes de seguir aseándose.

—Será mejor que yo también haga mis cosas, gatito.

Se levantó de la cama y se sentó en el sillón que Potter había transformado la noche anterior. Draco no sabía si Potter estaba manteniendo con su magia conscientemente la forma del sillón o si simplemente era tan poderoso que sus hechizos tenían tanta fuerza, pero parecía aguantar firmemente.

Basándose en su experiencia con el hechizo descompresor y pensando en Voldemort, concluyó que debía ser lo segundo. Con apetito, Draco desayunó lo que Potter le había dejado y tomó cuidadosamente todas sus pociones. Con un suspiro satisfecho, se recostó en el sillón, trasteando con el reproductor para cambiar el disco, y se puso los cascos.

Draco cogió el libro y lo acarició. «Una de mis posesiones más preciadas», había dicho Potter.

—Es una edición preciosa —murmuró Draco, hojeando algunas ilustraciones de la parte que ya había leído.

«Y Harry me la ha prestado», pensó orgulloso, «porque confía en mí». Con calorcito en el corazón, se dejó atrapar de nuevo por las peripecias de la Compañía.

Sanando el corazón [Drarry - Harco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora