Capítulo 5. Hacerles una visita.

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Estaré cambiando los diálogos y algunas cosas de acuerdo a que vaya con la trama que necesito.

Una semana después

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Una semana después

—Hermano —llamó Thanatos al Rubio que bebía de la taza de té tranquilo.

—¿Qué sucede? —con cuidado, dejó la taza en el pequeño plata y procedió en hacer lo mismo con el plato sobre una mesa que tenía en frente suyo.

—Es sobre _______-chan.

Se puso de pie con algo de brusquedad— ¿Qué tiene?

—... Será mejor que vengas y lo compruebes tú mismo.

Asintiendo siguió al azabache. El lugar en el que se encontraban no era muy amplio, pero lo suficiente para que estuvieran al pendiente de la chica. Mientras más se acercaban a la habitación en donde la tenían, más ramas y plantas comenzaban a ver que se colaban entre las ventanas y paredes. Hypnos ya se estaba haciendo una idea de lo que podría estar sucediendo, pero quería comprobarlo una vez llegaran.

—Llegamos —suspiró abriendo la puerta de la habitación. Se hizo a un costado dejando que se mi hermano diera un paso al frente sorprendido—. Cuando vine a revisarla, la habitación estaba así.

Lianas, flores, plantas y cascadas. ¿De dónde salieron? Quién sabe. Pero el cuarto parecía una mini jungla. Y en el centro, acostada sobre la cama aún inconsciente, reposaba el cuerpo de ________. Sus cabellos antes albinos, ahora adoptaban un tono oscuro, solamente en las puntas; su piel se encontraba más pálida, y su respiración era ligera y lenta. Parecía al borde de la muerte, pero los gemelos se habían encargado de dejarla en ese estado de manera que la diosa Perséfone pudiera reencarnar completamente. Aunque se las estaba dejando difícil.

—Se está resistiendo —dijo el rubio acercándose a la cama, pisando en el proceso cualquier cosa debajo de sus pies—. La jovencita ________ está luchando contra el alma de nuestra señora Perséfone...

—Se suponía que ya debió de haber despertado, como nuestra señora, pero aún no lo hace —comentó Thanatos arrugando una rosa en su mano—. ¿Qué debemos hacer? Si sigue así... podría tardar otros siglos en despertar. Y la necesitamos para... ya sabes...

Apretó los puños— Solo conozco de otro método pero, no me convence del todo... —chasqueó la lengua fastidiado— No quisiera dejarla con esos asquerosos Caballeros y su diosa pero —tomó un mechón de cabello entre sus dedos, pasando sus yemas por sobre los tonos oscuros—, no se me ocurre ninguna otra manera de que reencarne.

—Es cierto que cuando nuestra señora estaba en el Olimpo, mantuvo una amistad con la diosa Athena. Sin embargo, desde que empezó la Guerra Santa, no pudieron quedarse en el mismo bando nuestra señora siendo la esposa de nuestro señor Hades —lo vio—. Estás diciendo que, ¿podríamos dejarla en el Santuario hasta que despierte gracias a la presencia de Athena, y cuando lo haga, nos encarguemos de que despierte completamente nuestra señora?

Perséfone -SUBIENDO-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora