☆【15】☆

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(2da persona)

Abriste los ojos lentamente una vez que la suave sensación abandonó tus labios, y lo primero que lograste ver fue a un Miguel sonriente mostrando su blanca dentadura y su tierno hoyuelo en su mejilla.

Tu mente se volvió en blanco ¿Eso acaba de pasar? ¿Pero cómo? En un abrir y cerrar de ojos acaba de pasar lo que tanto habías esperado por un buen tiempo, y en las circunstancias que jamás imaginaste. Tu voz quedó estancada en tu garganta, tus ojos se negaban a mover la mirada de ese par de ojos brillantes y llenos de vida que te miraban con la misma expresión.

Por otro lado, Miguel sentía como sus nervios se habían reflejado provocando que sus manos sudaran y su respiración quedara atrapada en medio camino en sus pulmones. Y al igual que tú, el cerebro de Miguel dejó de responder.

Y segundos después tus mejillas estaban ardiendo, por lo que acaba de suceder y porque hasta este momento tu cerebro no había querido reaccionar.

-wow... - fue todo lo que lograste decir en este momento, pero claro, rápidamente te diste cuenta de lo tonto que debió de sonar eso, ¿como puedes ponerte tú misma en ridículo enfrente de él en este momento? -eso fue- y justo antes de que pudieras intentar arreglar lo primero que dijiste Miguel decide hablar -estuvo increíble...

Al escucharlo solo sonreiste, su voz fue suave y las palabras se deslizaron de su boca como una suave brisa. Y en ese momento te acercaste una vez más y envolviste tus brazos alrededor de él en un abrazo. Miguel se puso tenso por un momento por tu repentina acción, pero devolvió el gesto con cariño. Ambos se quedaron en esa posición por algunos momentos más. Tu cara quedó entre el espacio de su cuello y hombro, y él podía fácilmente oler la fragancia de tu shampoo que poco a poco se iba desvaneciendo.

Miguel no podía estar más feliz en ese momento, no tiene idea de cómo es que las cosas escalaron tan rápido, pero tampoco se iba a quejar. Y cuando decidieron que había sido suficiente ambos se apartaron. Tu mirada se postró en el piso intentando evitar mirarlo una vez más, pero no era necesario. Miguel tomó tus dos manos en las suyas y habló nuevamente.

-ya e-es tarde, debemos de regresar a dormir

-s-si, tienes razón

Con eso ambos se dieron la vuelta para salir de la cocina y dirigirse a dormir, pero antes de que entraras a la habitación Miguel te tomó de la mano una vez más y sonriente dijo -buenas noches, descansa.

-buenas noches - respondes igual con una cálida sonrisa dándole un pequeño apretón a su mano antes de soltarla.

Y con eso Miguel se da la vuelta y se dirige a su habitación. Una sonrisa soñadora se dibujó en tu rostro y entraste a la habitación. Al cerrar la puerta detrás de ti nuevamente te quedaste asombrada por la cantidad de luces de colores que entraban por la ventana y el silencio de la habitación permitía el sonido ambiental de la ciudad y su vida nocturna, con música, voces y risas provenientes de las calles y de departamentos de edificios vecinos.

Por un tiempo te habías olvidado de donde estabas y de tu situación, sin embargo la sensación de los eventos que acaban de pasar con Miguel no se fue. Al recordar el beso soltaste un suspiro de adolescente enamorada y aguantaste una risilla.

Al menos ahora estás más tranquila, y estás segura de que con su ayuda y la de su familia todo terminará bien. Con eso en mente levantaste delicadamente las sábanas para no despertar a la pequeña que dormia plácidamente debajo de estas, y te acurruaste hasta estar cómoda y dejaste que el cansancio te llevara a un profundo sueño.

Por el otro lado Miguel comenzaba a sentir su rostro adolorido, específicamente, sus mejillas de tanto sonreír. Solo esperaba que ninguno de sus tíos se hayas despertado o dado cuenta de su ausencia, pues en este estado se le haría muy difícil de explicar o intentar decir una excusa. Miguel siguió repitiendo la escena en su mente antes de llegar al frente de la puerta de su destino. Se detuvo unos centímetros de la puerta y soltó un suspiro antes de respirar profundamente para que esté lo más relajado posible. Y después de unos segundos postró su mano en el picaporte y lentamente lo movió y abrió la puerta un poco para asomarse; todo parecía lucir exactamente igual a cuando salió del lugar, Miguel sintió alivio y entró tranquilamente.

Se dirigió a una de las camas que estaba en una de las esquinas. Esta es la habitación de sus tíos Felipe y Óscar, ambos tienen su propia cama, pero como Miguel necesitaba un lugar para dormir ambos tíos jugaron piedra, papel o tijera para saber quien le cedería su cama a Miguel, resultando como ganador Felipe, por lo que Miguel ahora está acostado en la cama de Óscar.

Y a pesar de sentir una gran calidez en su corazón, Miguel aún estaba preocupado por cómo iban a encontrar a alguien que te de su bendición para que puedas salir de aquí con ellos.

Miguel se quedó despierto por más tiempo, pensando en profundidad en sus preocupaciones, específicamente en cómo fue que llegaron aquí. Miguel cerró los ojos intentando volver en sus pasos, a ver si repetiendo el último día en su memoria podría encontrar la respuesta, hasta que finalmente llegó una posible.

»¡el juguete de Socorrito! «

Sisi lo admito, soy un asco haciendo promesas, se supone que iba a actualizar hace como 5 meses y no lo hice, así que me disculpo.

La verdad no puedo creer que después de tanto tiempo aún haya tantas personas que sigan mi historia, no podría agradecerles lo suficiente por tanto apoyo que me han dado desde que publique el primer capítulo. Muchísimas gracias, de verdad ❤️❤️❤️❤️

Intente escribirlo lo mejor que pude, ya estoy un poco oxidada con esto de escribir jajsjaja por favor comenten me divierto un montón leyendo los comentarios

Ya saben den ⭐⭐⭐ si les gustó

Y espero no tardarme 5 meses para la próxima

•¿Me Cantas Una Canción?•  {Miguel Rivera y Tú} COCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora