Dejando el orgullo atrás.

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Recomiendo leer con la canción This is not the end de Krewella

-¡Rápido, rápido! ¡Es Harry Potter! -Grita uno de mis compañeros de trabajo, John, quien me trajo a cuestas a San Mungo por una estúpida herida que me hizo un ex-mortífago.

Bueno, al parecer no era tan "ex".

-¡Merlín! -Jadee de dolor.

Una estúpida herida desde pecho hasta el costado de mi cadera. Claro, el Avada Kedavra de Voldemort no me mata, pero una heridita si ¿No? Dios. Mientras traen a los medimagos y me acuestan en una camilla y me hacen preguntas. No las puedo responder; me zumban los oídos. El olor a hospital -que, por cierto, odio- y las voces de fondo no me ayudan mucho a tranquilizarme. Me ponen una mascarilla y sólo percibo que uno de los medimagos dice "1...2...3...".

Y luego, me hundo en la oscuridad.

Me despierto y no sé si han pasado horas, minutos o segundos. Al parecer, lo primero, porque mi herida está completamente curada. Qué suerte. Si hubiéramos ido al hospital muggle más cercano, como dije yo, hubiera tenido puntos y una horrible cicatriz.

Bueno, dos horribles cicatrices.

-Vaya, vaya... Miren quién despertó.

Ay no. Díganme que estoy soñando.

-Son las 8PM, Potter. Requeriste de diez hechizos de cicatrización, dos de invisibilidad (obviamente me refiero a que la herida no sea visible) y tres para aumentar tu sangre. Para tu mala suerte, eres 0 negativo.

Estupendo. Draco Malfoy es mi medimago. La suerte no está de mi lado hoy. Me obligo a escucharle y no hacer caras ni de dolor, ni de asco. Encuentro mis lentes en la mesita de noche y me los pongo, para encontrar que el chico ya no es un chico. El chico ahora es un hombre. Hombros anchos, mirada profesional, cuerpo fornido que aún se ve bajo la bata... Vaya. Cómo la gente cambia luego de tan solo dos años en Hogwarts.

-... Perdiste demasiada sangre, Potter, los hechizos tan sólo te mantendrán con vida. Lamentablemente no se sabe cuándo vas a necesitar otro, así que me tendré que quedar contigo haciéndote hechizos hasta que el suero Sangrefilis llegue. Se nos ha acabadojusto hoy con otro de tus compañeros que casi pierde la vida.

Silencio.

-¿No se puede quedar otro medimago? -Pregunto, girando los ojos.

-Muchas gracias Potter, tu compañía también es muy grata para mí -Gira sus ojos. Odio cuando es sarcástico.- No. Lamentablemente todos están ocupados y tú me sirves como rata de laboratorio.

-¿De qué estás hablando?

-Verás Potter, yo no soy exactamente un medimago con todas sus letras. Estoy terminando mis estudios y debo escribir mi tesis.

-Ah.

Silencio.

Silencio.

Silencio.

-¿Cuánto demorará el suero?

-Dos horas. Así que desde ahora empieza a disfrutar mi placentera compañía. Si sientes unas punzadas en el antebrazo es porque necesito hacerte el hechizo.

Van a ser unas largas dos horas.

Me decido por no hablarle. Me voy a dormir y me despertaré por las punzadas en las muñecas, el me hará un hechizo y ya está. Fin del cuento. Dejo mis lentes en la mesita de noche y vuelvo a arroparme con las suaves sábanas del hospital, para luego suspirar y poder cerrar los ojos. La mirada de Malfoy me quema por todos lados. Puedo sentir cómo se ríe burlonamente. Gruño por lo bajo.

Drarry OneShots.Where stories live. Discover now