¿Cómo criaría a un Bakugou? (Bakugo Katsuki)

Hermosos ojos esmeralda

Bakugou ____
Cinco meses de embarazo

—¿Bueno?— Respondí mi teléfono mientras comía mi gran plato de cereal, recostada en el sofá, solo mirando la televisión.

—¿Habló con la señorita ____ ____?— Escuchar mi apellido de soltera me era un poco extraño, pues no lo escuchaba mucho.

—¿Quién desea hablar con ella?— Pregunte, aún poniendo atención a la televisión.

—Soy la secretaria de la señora Angelica ____, llamó para decirle que desea verla y hablar con usted— Al escucharla decir eso deje mi plato sobre la mesita y tomé con más seriedad la llamada

—Si, soy yo, ¿Sabe para qué desea hablar conmigo?— Pregunte interesada de saber un poco más de información

—Sobre el hotel y algunas acciones que ella quisiera consultar con usted, así que ¿Aceptará la invitación?— Preguntó

Había dejado todos mis deberes y obligaciones del hotel desde hace casi cuatro años ¿Qué estaría sucediendo como para que busquen apoyo en mí? Pero sabía bien que debía un favor a mi adorada abuela.

—Si, está bien ¿Para cuando sería?— Pregunté la cita esperando acordar un día y una hora, pero parecían ir un paso adelante.

—Ahora mismos si es posible— Respondió al instante

—¿Ahora?— Debo admitir que me sorprendió

—Si, no se preocupe, alguien ira a recogerla, solo necesito su dirección—

—Okey— Di la dirección del edificio y de forma cortes la llamada término.

Al instante me levante del sofá y corrí a la habitación para cambiar de ropa, mientras marcaba el número de Katsuki. Timbró varias veces pero nunca fue contestado, tal vez no traería su teléfono consigo por lo que solo deje un pequeño mensaje de voz explicando agrandes rasgos lo que pasaba y donde estaba.

Ya lista, salí del departamento y del edificio, donde ya me esperaba un auto y un hombre de rostro amable me buscaba por mi nombre. Llegamos al lugar demasiado rápido, pues mi departamento no quedaba tan lejos del que fue mi hogar y mi única preocupación.

—Pase— Me dijo la mujer,que antes me había llamado por teléfono, abriendo la puerta de la oficina más importante del edificio.

Esperaba ver a mi adorada abuela dentro, pero en su lugar solo había un hombre de traje, sosteniendo un maletín que sonrió al verme

—Buenas tardes— Salude, la puerta se cerró detrás de mí

—Hola, muy buenas tardes usted debe ser ____ ____ ¿Es así?— Pregunto para asegurarse

—Así es, soy yo— Respondí

—La señora Angélica se disculpa por no poder haberla recibido en persona, ella se encuentra en un viaje de negocios y por esta misma razón quiere pedir su ayuda, por favor tome asiento— Confundida de aquello solo hice lo que me pidió, escuchando con atención lo que me pedía de favor.