realidad

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Cuando Michael salió del salón, pasó por el casillero de Margaret. Al ver que las flores no estaban donde las había dejado, se le formó la sonrisa más idiota que te puedas imaginar y el corazón casi se le sale de lugar de lo rápido que latía. Michael se sentía casi realizado.

Para el día siguiente, le compraría unas flores más bonitas. Y tal vez le escribiría un poema aunque era un asco en literatura. Siempre creyó que las palabras eran bonitas pero, a su mala suerte, solo era bueno dibujando penes y en matemática. Ugh, debía hacer tarea de trigonometría y ya quería vomitar por haberlo pensado.

Al llegar la noche, luego de una gran cena de patatas y pollo, Michael no podía conciliar el sueño. La emoción y los nervios lo estaban comiendo vivo. Quizás, luego de tantos años de tener un «crush» en Margaret, sus sueños más imposibles se harían realidad. Una sonrisa estaba estampada en su rostro y era tan grande como su amor hacia David Bowie

antrofobia; {{m.c.}}Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora