Capítulo 10

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Los cuatro se miraron cuando llegaron a Grimauld Place, estaba todo en silencio, parecía que no había nadie, era raro, ya que las fiestas siempre se celebraban allí.

Recorrieron toda la casa y no había nadie, dejaron las maletas en los respectivos cuartos que solían usar, dándose cuenta que todos estaban ocupados, menos el de Draco.

Todos se miraron confundidos, los Weasley no solían quedarse en Grimauld Place a dormir, los tres Slytherin's tampoco ¿Entonces?

Narcissa y Lucius llegaron y miraron a los otros cuatro.

— ¿Dónde están los demás? — Preguntó Narcissa.

— Deben haber ido a la madriguera. — Contestó Charlie.

Fueron hasta la casa Weasley y se encontraron con que allí tampoco había nadie.

Volvieron a Grimauld Place donde Kreacher los vio y les comentó donde se encontraban todos, y que los cuartos ocupados se trataban de que Ginny Weasley se quedaba a dormir en uno de los cuartos al igual que Oliver y Percy, exceptuando a Hermione y Ron que tenían sus respectivos cuartos.

Resulta que Bill y Remus se acababan de comprometer y querían celebrarlo junto a todos.

Los seis fueron a la casa de Remus y se encontraron con todos allí. Se alegraron de verlos ahí. Incluso Severus se encontraba ahí, quién en la ausencia de su ahijado comenzó a relacionarse más con todos.

Charlie y Draco estaban charlando, en el tiempo que pasaban juntos se habían vuelto aún más unidos que antes, su relación era irrompible. En eso llega Harry, quién no se había dado cuenta de la llegada de los otros y salía del baño.

— Que sorpresa que estén aquí — Dijo Harry sorprendido.— Hace mucho no los veía. — Draco asintió y sonrió en forma de saludo.

Charlie podía notar lo incomodo que estaba Draco con la situación.

— Si nos disculpas, Charlie y yo... estábamos en una conversación privada. — Harry asintió.

— Lo entiendo. — Dijo Harry — Un gusto verlos. — Caminó hacia donde estaba su novia.

— ¿Aún sientes algo por él, verdad? — Preguntó Charlie mirando su vaso con Whisky de fuego.

— Yo... Creía que no, pero al verlo hoy, me di cuenta que, algo siento por él, no como antes, pero si un día viene y me dice que quiere estar conmigo, no se lo negaría. — Charlie asintió y tomó lo que quedaba de aquel licor.

— Te entiendo. — Siguió mirando su vaso, ahora vacío. — Iré por más. — Draco rápidamente lo agarró del brazo.

— No me dejes solo, sino, se acercará y querrá hablar conmigo.

Charlie sonrió y asintió.

— ¿Sabes? — Dijo Draco mirándolo a Charlie a la cara, mientras se acercaban a la mesa en la que se encontraban las bebidas. El pelirrojo hizo un sonido con la garganta, como esperando a que continuara hablando. — Aún sigo diciendo que sería buena idea fingir ser novios, al menos frente a él.

— Y yo, sigo diciendo que es mala idea, eres menor de edad, me harás quedar mal. — Dijo riendo.

— Pero Charlie... — Se quejó como si de un niño caprichoso se tratara.

— Pero nada, además, dijiste que estarías con él ¿o no? — Draco negó.

— Dije que si me lo pedía.

— Y si fingimos ser una pareja, se alejará.

— De todos modos, dudo que me lo pida, está con esa... — Miró a Charlie quién tenía una ceja levantada. Draco suspiró — Ella no tiene culpa de nada, lo siento.

Una promesa rotaWhere stories live. Discover now