𝒖𝒏𝒐

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Recuerdo cuando la conocí. Llevaba puesto ese suéter. Su pálida piel resaltaba con el color lila. No me acuerdo bien del lugar en el que estaba. Creo que fue a mitad de la calle cuando ella me atrapó mirándola. Me dio mucha vergüenza. Ella me sonrió. Y yo le sonreí.

Tampoco recuerdo bien de qué hablamos aquella vez. Estaba tan nerviosa, que estoy segura de que dije un montón de tonterías.

Lo que si recuerdo a la perfección, fue cuando me estremecí por el clima, que se había tornado un poco frío.

Ella se quitó el suéter y lo colocó sobre mis hombros.

—Disculpa, no creo que te abrigue mucho, pero algo es algo. —dijo sonriendo y encogiéndose de hombros.

Yo insistí en que no me lo diera, pero ella dijo que, a diferencia de mí, no sentía frío.

Al finalizar esa tarde, quise devolverle el abrigo, pero ella se negó alegando que tenía que regresarlo cuando saliéramos.

Admito que me pareció algo rápido, pero acabé aceptando. Ryujin era hermosa, y sentía que era una persona amable y cálida con la que me gustaría pasar el tiempo.

Y salimos. Esa vez le devolví el suéter, y de ahí en más tuvimos más citas, muchas más.

A veces me ponía a pensar mucho en nosotras. Ella era mayor que yo, y apesar de que todo estaba bien, tenía la sensación de que estábamos yendo un poco rápido. Pero la verdad, luego de que me besara por primera vez, empecé a ignorar esa sensación. Siguió ahí molestando de vez en cuando, pero un día conseguí ignorarla por completo.

Recuerdo que cuando me besó tenía puesto ese suéter.

Cómo dije, todo iba más que bien. Las cosas recién empezaron a complicarse una vez que fuimos a una fiesta con su grupo de amigas. Ahí Ryujin se reencontró con alguien que por lo que oí había sido muy importante en su vida: su ex.

Esa chica era realmente bonita, y tenía algo que yo no, y eso me hizo preocupar. Tenía la misma edad de Ryujin. Y no pude evitar que eso me hiciera cuestionar la forma en la que yo me comportaba, que a veces era un tanto infantil. Aunque Ryujin no fuera muchos años mayor que yo, me preocupé de todos modos.

Esa noche se la pasaron conversando. Yo casi no hablé. Tenía el estómago revuelto. Estaba triste y sentía celos, aunque en ese momento exageré un poco.

Luego, ellas comenzaron a verse cada vez más seguido. Y en realidad Ryujin no me lo contaba. Me decía que salía con su grupo, pero no me aclaraba que su ex estaba incluida. No es que ella tuviera que contarme absolutamente todo, sólo que creo que era un detalle que yo debería haber sabido, y que ella no tenía porqué esconder.

De esto me enteré de casualidad.

Ryujin había ido a mí casa, y al rato de haber llegado salió a comprar algunos snacks. Dejó su celular en casa. Sonó una vez, dos veces, tres veces... Me fijé de quién se trataba y al principio no se me hizo conocido el nombre. Sólo sabía que no era ninguna de las amigas de Ryujin, y como ellas sabían donde estaba ella, si había pasado algo podrían hablarme a mí. Entonces decidí que si volvía a sonar y Ryujin aún no llegaba, yo iba a responder. Creí que quizás podría haber ocurrido algo grave o que se trataría de cualquier cosa importante.

Como pensé, sonó una cuarta vez. Yo respondí, y oí la voz de su ex. Fue cuando recordé su nombre. Preguntó cuándo iban a salir. Yo le dije que claramente no era Ryujin y expliqué la razón por la cual había contestado yo. Me despedí diciendo que no olvidaría decirle a Ryujin que la llamara de vuelta en cuanto regresara.

Ella volvió a casa minutos más tarde, y no tuve tiempo de avisarle lo que había ocurrido, ya que su teléfono sonó nuevamente. Ella respondió. Era su ex otra vez. Y el problema empezó cuando colgó la llamada.

𝑳𝒊𝒍𝒂 ; RyunaWhere stories live. Discover now