𝐂𝐢𝐧𝐜𝐨

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— De verdad, esto es innecesario — Dijo Kihyun, sentado en el comedor pequeño de la casa del oficial Son. — De verdad, ellos ya no tienen interés en mí

El oficial Son levantó una ceja divertida, mirándo a Kihyun desde su cocina mientras abría un tarro lleno de café y les preparaba a ambos dos tazas.

— Tienes a ese O'Kelly, enamorado, haciendo todo un show desde que llegaste para impresionarte. No se le pasará pronto

— Primero, llamemos las cosas como son. Un acosador. Y segundo, créeme cuando te digo que ya pase a segundo plato ¡yo a él nunca le guste!

— De verdad — Murmuró. — Que te rechacen por otra persona cualquier hombre fuera de ser un delincuente debería de serte un alivio y no tristeza

Kihyun suspiró y frunció el ceño, pero le dio la razón. Realmente no había sido la declaración ni la situación más romántica del mundo. Kihyun apenas si conocía al tipo, veinti tantos, formado, un idiota.

Kihyun se frotó la cien de su cabeza y se río sin gracia.

— ¿Algo que quieras decir?

— En realidad, solo que es un alivio que todo lo que me ha pasado fuera organizado y no culpa de mi mala suerte, hasta hoy en la mañana creía que era el tipo menos afortunado del mundo

El oficial Son frunció el ceño mientras encendió la cafetera. Dejando la isla de la cocina, camino hacia Kihyun y tomó asiento en una de las silla que estaba siempre volteada al revés de la mesa, para calentarse en la chimenea.

La casa de habitación del oficial Son no era la más costosa ni la mas modesta.

Era solo como... Era solo como él. Una morada básica y sencilla.

Una cocina, un comedor, una cama.

La silla servía como sillón si miraba el televisor y la cama como guardaropa cuando sacaba sus cajones con lo básico debajo de ella. Todo era muy sencillo o mínimalista como alguno de sus compañeros bromeó en comentar.

A él no le importo, lo único que había pedido fue que fuera hecha de pino, y ciertamente, alejada de la civilización a unos treinta minutos en la montaña la hacía parecer más cabaña que otra cosa.

— Eres un hombre muy valiente, Ki — Señaló, mirando al pequeño tiritar de frío.

Pero sí que había algo con lo que no contó y lo hizo sentir como un imbécil.

Kihyun había mojado su ropa cuando llegaron y la onda tropical pareció llevar la lluvia con vientos más fuerte hacia la montaña.

A esta hora él estaría seco y con pijama pero Kihyun con solo una camisa ligera mientras el resto de su ropa estaba en su cuarto de lavado.

Era domingo, el oficial Son la poca ropa que lavaba lo hacía un domingo y todo estaba sucio.

Kihyun se puso de pie y beso su mejilla, sin explicación, para caminar después hacia la fogata y entrar en calor por su cuenta.

El pecho del oficial Son por un segundo se detuvo, había sido un gesto de cariño, ese beso o agradecimiento en ambos casos, no un coqueteo como se pensaría pero la vista si que lo era.

Yoo jodido Kihyun. El fuego hacia que la silueta de su cuerpo atravesara la tela y ese culo. Sus mejillas regordetas eran más suaves a medida que Son las miraba. Su cintura lineal perfecta y sus brazos abrazando y sosteniendo su torso. Un cuerpo adictivo.

¿Sería un bastardo si admitía que había esperado a que se pusiera de pie para ver ese trasero más más veces del que debería?

Kihyun brincó de un pie a otro y su trasero rebotó.

Perfecto Policía [ ShowKi ]  Where stories live. Discover now