No Me DOMINAS

¿Quién Eres?

Me levanté como siempre en la misma cama sueve y mi habitación llena de lujos.

- Buenos días príncipe -Dice Boris mi mayordomo-.

- Ya te dije que me llames sólo Liam -Boris niega con la cabeza-.

- No tengo esa voluntad mi señor, pero ahora usted debe verse con el Alfa -Ruedo los ojos y me levanto de la cama-.

Me visto apropiadamente para ver a mi padre, debo demostrar que puedo verme bien sin ayuda de los omegas.

Salgo de mi habitación y al pasar todos los caballeros agachan la cabeza en señal de respeto.

Camino hasta llegar al comedor, mi padre se encuentra gruñendo mientras habla por teléfono.

- ¡Atrapen a esa bruja o sino les destierro a los dos! -Cuelga-.

- Buen día Padre -Él me mira y con una señal me permite sentarme a su lado-.

- Estás creciendo muy rápido Liam -Dice cortando su carne-.

- Es gracias al entrenamiento que usted me da padre -Sonrie-.

- Sólo tienes 8 años y ya tienes buenos modales -Mira el asiento vacío- Igual que tu madre -Suspira- Ya es hora que empieces a cazar con tu Beta y Delta, los tres fueron entrenados y ahora deben aprender a trabajar en equipo.

- No lo sé padre, cada vez que me encuentro con ellos solo termina en desastre.

- Ahora debe ser diferente, sino ¿Cómo vas a liderar la Manada?

Me encantaría trabajar solo pero creo que Padre tiene razón, no podré liderar sólo.

- Necesitas la sabiduría del Beta y la fuerza del Delta, claro que esas dos cosas tu las tienes hijo mio, pero va a ser mucho peso para ti -Agarra mis hombros- Debes trabajar en equipo, para que pronto líderes con tu Luna.

Sin duda mi futura Luna será la más fuerte e invensible de todas, que pena que aún sea pequeño quisiera saber quién es ahora mismo.

- Ahora, come y después arreglate para la caza, ya van a llegar tus acompañantes.

Espero que esto termine bien y no como las otras veces, no quisiera romper otro brazo y al final saber que no fue lo único que rompí...

...

Me encuentro en el bosque esperando a esos dos, ¿Porqué no son puntuales?

- ¡Liam! -Grita Marcus saltando hasta llegar a mi lado-.

Marcus es mi Delta, tiene 7 años, sus ojos son verdes y su cabello es Rubio es igual que su padre.

- Gabriel ya llega en camino, lo vi coquetear con unas omegas -Se ríe-.

- ¡No estaba coqueteando! -Aparece Gabriel detrás de Marcus logrando asustarlo-.

Gabriel tiene el cabello negro y sus ojos son verdes, sin duda idénticos a sus padres pero la gran diferencia es que son más pequeños e inmaduros.

No les culpó yo también soy inmaduro pero ahora me quiero concentrar en nuestra primera caza.

- Ser educado con las damas no es coquetear -Dice Gabriel enojado-.

- Si si si a la chingada -Marcus se pone en posición- Te seguimos Liam.

- ¡Comencemos!

Empezamos a correr, me alegra que los chicos mantengan resistencia, tal vez aún no podamos transformarnos pero somos buenos es nuestra forma humana.

¡Un venado!

- Chicos, ya es hora...

Y así terminamos cazando un venado, cuatro conejos y 6 ardillas.

- ¡Estoy agotado! -Dice Grabriel- Si seguimos corriendo podríamos alcanzar a la bruja.

- ¿Hablas de la bruja Elizabeth? -Dice Marcus interesado-.

- Escuche de ella, sus padres fueron atraparla -Marcus y Gabriel me miran con atención- Mi padre está tan enojado que amenazó a sus padres con el destierro.

- Ya me lo imagino -Gabriel se sienta- No puedo creer que una bruja sea el problema.

- Te entiendo amigo, pero no fue tan impactante cómo cuando buscaron a la pareja del Alfa -Se sienta junto a Gabriel-.

- ¿Mi madre?

- Si -Responde Gabriel- Mi padre cuenta que nuestra antigua Luna se escapaba de tu padre.

- ¿Porqué?

- Porque ella sentía que no podía gobernar, pero el amor que sentía por el Alfa fue tan inmenso que ella misma volvió -Dice Marcus muy apasionado- ¡Eso si es amor!

- A mí me agrada más la parte cuando combatió con todos los guerreros para salvar al Alfa, es decir ellos eran tan invencibles -Dice con alegría-.

Por un momento los dos se miran sonriendo, pero después voltean al otro lado sonrojados.

- Supongo que así será cuando encuentre a mi pareja -Ellos me miran-.

- Puedes comunicarte con ella -Marcus capta mi atención-.

- ¡Sólo debes sentarte y meditar!

- No creo que funcione pero inténtalo Liam -Gabriel me apoya-.

Me siento y empiezo a meditar, pasan varios minutos hasta que lo consigo.

- Puedo escuchar un libro abriéndose y veo unas manos blancas sosteniéndolo.

- Nuestra Luna le gusta leer -Dice Marcus-.

- Ella parece estar triste, hay un dolor profundo que no logro ver, lo puedo sentir...

- ¿Dices que está en peligro?

- Está cerrando el libro pero no puedo ver su cara, quiero verla.

- Liam debes dejar de meditar, no le hables, de todas formas las vas a encontrar -Me advierte Marcus-.

- Quiero conocerla, lo siento Marcus -Me concentró un poco más- ¿Quién eres?

Justo en ese momento pierdo la conexión, mi pulso aumento y mi respiración está muy agitada.

- ¡Mierda! -Grita Gabriel impactado-.

- Te dije que no le hablarás -Dice Marcus enojado-.

- Ella se sentía triste -Controlo mi respiración-.

- Pudiste esperar un poco para... -Se escucha un trueno- ¿Porqué está lloviendo?

- Según el pronóstico del tiempo debería a ser calor, pero parece que algo o alguien atrajo la tormenta -Dice Gabriel y de un acto seguido mira su brujula- Y la cosa está en el Sur.

- ¡Vamos a ver! -Grita Marcus emocionado-.

- Yo no tengo problema ¿Qué dices Gabriel?

- Iremos a los límites de la Manada, pero bueno tambien quiero una aventura.

Mientras caminamos, sólo podía pensar en mi alma gemela, ¿Porqué se sentía mal? ¿Estará bien ahora?

- A mira llegamos hasta aquí -Dice Gabriel-.

- ¡Carajo miren eso!

Desde lejos vemos una mujer y algo que agarra en sus brazos, están en un acantilado.

- Pero que...

Entonces vemos cómo tira a una ¡Niña!

- Mierda, mierda mierda -Dice Marcus- ¡Hay que ir a la Manada!

- Hay que salvarla y matar a esa mujer -Digo pero me detiene Gabriel-.

- Liam, Marcus y yo admiramos lo que intentas hacer, pero estás no son tus tierras, por lo tanto no tenemos poder más allá que aquí, entiende que no sabemos que es esa mujer y será mejor no involucrarnos.

Yo agachó la cabeza y acepto que tenga la razón, no debo involucrarme.

- ¡Vámonos! -Ordeno y nos dirigimos a casa-.