24

7.6K 1.2K 574
                                    

Arami

—¿Crees en estas cosas? —miré a Kogane.

—Lo hago.

Aone tomó mi mano mirándome fijo cosa que me tomó por sorpresa pero me relajé al entender su mensaje.

"Te estaré apoyando y cuidando. Estaremos aquí".

—Gracias por darme fuerzas, Aone.

Asintió seco.

Al entrar una señora me recibió. Le expliqué el motivo del porqué estoy aquí, me dijo que espere unos momentos.

Moví mi pierna con nerviosismo. Tengo miedo por varias razones. De lo que pueda ver, de lo que me podría llegar a pasar, de como tendría que actuar... de todo.

—Señorita Arami... por aquí.

Miré a la mujer mayor y la seguí. Me hizo recostarme en una camilla y las luces fueron tenues. El ambiente era algo obscuro pero cálido y reconfortante. Estaba cómoda.

—Por favor, cierra los ojos y deja que tu mente divulgue entre sus memorias para que puedas encontrar la respuesta que tanto buscas. Confía en ti. Confía en tu cuerpo.

Cuando abrí los ojos para decirle que no estaba funcionando, estaba sola en un vacío absoluto. Todo está negro.

—¿Hola? —solo se escuchaba el eco de mi voz.

Suspiré pero fui interrumpida por luces que aparecieron en todo mi alrededor. Miré hacia arriba, eran como esas luces del polo norte... ¿cómo se llamaban? ¡aureolas! Pero contenían imágenes. Era yo de pequeña con mi familia, luego fue evolucionando hasta llegar a secundaria...

<<Soy yo entrando a una página web... ¿Haikyuu?>>

Intenté ver el nombre de la página pero la memoria se esfumó, solo alcancé a leer "Sefe" y ahora estaba en un gimnasio. Al intentar tocar la imagen esta se detuvo un momento y luego de esta explotaron muchísimas imágenes más, todas, con los chicos que decían que me conocían. ¡Son ellos! ¿Ellos son Haikyuu?

¡Tom! ¡ahí está Tom, mi novio!

Abrí los ojos al ver que besé a un montón de chicos en una fiesta.

—Oh dios...

Las memorias seguían avanzando cada vez más rápido, me era casi imposible verlas con detenimiento.

—¡Cuidado! —grité e intenté abalanzarme hacia el chico pero era tarde... el auto...

Corrí la mirada, dolida.

Un pitido hizo que vuelva a levantar la vista. Todas las memorias se volvieron a grises y una frase se dejó ver.
Desaparecieron.

—¡Espera, por favor!

—¿Sigues sin recordar? —volteé mi cuerpo y me vi a mi misma. <<¿Soy yo, cierto? ¿Es mi... consciencia?>>— Lo soy. Soy tu subconsciente.

—Veo que los conocía pero... sigo sin recordarlos.

—Ve con ellos. Pasa tiempo con ellos, __(tn). Así los recordarás. Tu interior, tus sentimientos y reacciones los recuerdan. Es tu cerebro quien no lo hace, te estas- nos estás auto protegiendo.

—¿Yo?

—Por el accidente de Kenma. No quieres que vuelva a pasarles nada malo, ¿cierto?

Frunci el ceño.

—¿A quién le desearía el mal? Claro que no quiero que le pase nada malo a nadie.

Negó.

—Ya... Pronto.

Se acercó a paso lento y sopló justo en mis ojos, haciéndome cerrarlos.
Al abrirlos, desperté agitada en la camilla con la señora.

—Ten, toma agua cariño.

—Gracias.

—¿Lograste algo?

—Uhm...

(...)

—¡Y luego todo se volvió gris! ¡Lo juro!

—Parece peligroso. No vuelvas a hacerlo.

—Aone tiene razón, __(tn). No vuelvas a hacer algo así en tú vida.

—¡Pero chicos...! —me quejé. Estos me amenazaron con la mirada y como respuesta bufé—. Ah, saben que a ustedes también tengo la extraña sensación de conocerlos...

—¿Nosotros?

Asentí.

—Es esa sensación que sabes pero no sabes de donde ni cómo ni cuándo y te exaspera.

Aone acarició mi cabeza, despeinando mis cabellos.

—Estoy seguro que pronto todo se te aclarará, Arami. Estaré contigo.

•••
¡hola y adiós!
Que nunca falten sus saludos al inicio de la historia. Es un mimo al alma y lo siento "nuestro"🙇‍♀️❤

Mundo invertido 2 || Haikyuu y túWhere stories live. Discover now