Capítulo 9 - Comiendo fideos

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A pesar de que Su Ran pensó que la actitud de su hijo instantáneo de "No es gran cosa para mí tratarte. Puedes pedir lo que quieras" era genial, todavía tuvieron una discusión unilateral antes de ordenar la entrega.

Cuando llegó el repartidor, Su Ran estaba hurgando en las cosas de Su Han.

Ella ya había tirado todas las pertenencias del propietario original. En cuanto a las posesiones de Su Han, no había mucho. Lo había metido todo en un armario.

Cuando Su Han estaba aceptando la comida para llevar, notó lo pesada que era la bolsa. Frunció el ceño cuando el aroma de la comida salió de los recipientes de comida.

"Cada vez más desperdicio", murmuró Su Han.

"¿Qué dijiste?" Su Ran todavía estaba revisando la ropa cuando escuchó la voz de Su Han desde el exterior.

"Nada", respondió rápidamente Su Han. "La comida está aquí".

Después de decir esto, la expresión de Su Han volvió a ser impasible. Llevando la comida para llevar, la colocó en la única mesa del apartamento, luego se dio la vuelta y caminó hacia el sofá del costado.

Cuando Su Ran salió de la habitación, esto es lo que vio: la comida para llevar se dejó completamente intacta sobre la mesa, la cabeza de Su Han colgaba hacia abajo y él estaba sentado en silencio en el sofá. Era como si hubiera una pared invisible que lo separara de la comida.

¿La comida no era lo suficientemente tentadora o el adolescente no tenía suficiente hambre? ¿Por qué estaba tan indiferente cuando la comida estaba justo frente a él?

Al encontrar su comportamiento extraño, Su Ran preguntó: "La comida está aquí. ¿Por qué no estás comiendo?"

Esta madre y su hijo de plástico habían sido desconocidos durante más de una década. No fue posible cambiar de inmediato el status quo con solo unas pocas conversaciones incómodas. Y entonces, Su Ran no pensó que Su Han esperaría a que ella comiera juntos.

Su Ran solo había hecho esta pregunta casualmente. Se sorprendió cuando Su Han de repente se puso rígido como si alguien hubiera tocado sus puntos de presión. Poco después, una mueca de desprecio apareció en su rostro obstinado.

Fue una fluctuación tan pequeña, pero Su Ran con su visión casi perfecta lo vio.

Ah, pequeño villano, los niños más lindos son más agradables. De esa forma, tu muerte no será tan lamentable cuando llegue el momento.

¿Dónde había aprendido a hacer esas expresiones desagradables? ¿Del propietario original?

¡Pensando en el dueño original, Su Ran se forzó abruptamente al darse cuenta de asombro!

¿Por qué se había olvidado de esto?

En el pasado, el dueño original solo pedía lo que le gustaba comer. Nunca se molestó en pedir comida para Su Han.

Cada vez, después de que el dueño original había comido y bebido todo, ella recogía su bolso y salía seductoramente. Fue solo después de que el dueño original se fue y el sonido de sus tacones altos se desvaneció en la distancia, que una pequeña figura salía de la esquina de la habitación para consumir las sobras de la mesa.

Al imaginar esa imagen, Su Ran sintió que se le oprimía el pecho y que le subía la presión arterial.

Además, dado que tenía los recuerdos del propietario original, también sabía que esas sobras no se dejaron intencionalmente para Su Han. Fue solo porque el dueño original tenía prisa por salir y había sido demasiado perezoso para tirar la basura.

Mi hijo podría ser un villanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora