Daniel LaRusso & the ex-Cobras | Lawrusso.

1. "Las cosas cambian"

Después del torneo, Johnny no vio a ninguno de sus amigos en cinco días.

La última vez que se vieron fue en el estacionamiento, cuando el sensei de LaRusso lo salvó y humilló a Kreese. Jimmy estaba tan asustado que luego de que comprobara rápidamente que todos estaban vivos, se había ido corriendo. Dutch estaba furioso, furioso con Kreese y también con Johnny, pero sobre todo con él mismo por no haber hecho nada mas que darse la vuelta para no tener que ver como lastimaban a su amigo, y se marchó despotricando y golpeando cosas. Bobby había llorado, todavía hablaba de que podía escuchar como la pierna de LaRusso se había zafado bajo su golpe y como nunca debió haber obedecido a Kreese, ayudó a Johnny a levantarse del suelo y luego se fue: tenía que hablar con sus padres. Tommy se quedó con Johnny más tiempo, le consiguió una botella de agua y guardó silencio hasta que Johnny pareció capaz de moverse para irse. Luego se fue con una despedida demasiado escueta y Johnny se quedó solo. Volvió a su casa solo con la sombra estremecedora de los brazos de Kreese alrededor de su cuello.

Y ahora, después de haberse escondido en su casa el fin de semana y tomar otros tres días extra, es la primera vez que se atreve a salir sin arriesgarse a confundir cualquier silueta robusta en la calle con la de su ex-sensei, que había comenzado a atormentarlo en sus pesadillas.

Lo peor de todo era que todavía quedaban seis meses por delante antes de terminar la escuela y Johnny no podía seguir inventando excusas para que su madre lo dejara continuar faltando a la escuela. Y Sid estaba sobre él  como un maldito buitre acerca su tan esperada elección de futuro y toda la mierda que él, un perdedor (en realidad no discutirá la parte de perdedor, literalmente es uno), debe decidir, entonces tampoco tiene muchas ganas de seguir escondiéndose en su casa.

Así que esta mañana subió a su moto y condujo a la escuela. Los demás estaban ahí, silenciosos e inquietos al principio, pero a su lado todavía. Ninguno llevaba las chaquetas de cobra kai ni diademas en la frente, ya no más. Dejaron Cobra Kai después del torneo, no hubo dudas sobre eso. Dutch llegó justo después de él, la mueca de su rostro tensa, y evitó la mirada de Johnny casi todo el tiempo, pero se quedó. Aquello dio cierto alivio a Johnny: Todavía los tenía a ellos, su pandilla. Y habiendo perdido a Ali y al karate, eran lo único que tenía.

—Amigo, no te perdiste de nada —Tommy fue el primero en hablar, dando palmaditas amistosas en su hombro—. Bueno, excepto las actualizaciones de las calificaciones. Estás totalmente reprobando matemáticas.

Johnny hizo una mueca.

—Mierda —resopla. Pero en realidad, la tensión en sus hombros se relajo bastante. Éste era terreno seguro, las típicas conversaciones para tener con sus amigos.

—Si te hace sentir mejor, estoy reprobando química —ofrece Jimmy amablemente.

Dutch resopla, probablemente está reprobando la mitad de las materias por lo menos. Siempre dice que la escuela no es para él.

El timbre sonó en ese momento y Johnny encontró a LaRusso en su visión cuando miró al frente. Su expresión rápidamente pasó de estar relajada a adoptar una mueca de culpabilidad: LaRusso parecía estar teniendo una batalla entre su mochila y las muletas que llevaba bajo los brazos, en su pierna izquierda llevaba una férula bastante ostentosa que inmovilizaba su rodilla. Si, culpable era la palabra correcta. Ahora que lo veía todo desde afuera, las enseñanzas de su sensei siempre fueron algo enfermo, y ellos las implementaron de buena gana con el chico nuevo. LaRusso los vio de reojo, sin expresión en su rostro, y luego entró en la escuela algo tambaleante sin dedicarles una segunda mirada.

—También es su primer día de vuelta —Bobby dijo a Johnny, al ver lo que estaba mirando.

Johnny sacudió la cabeza, sin apartar la mirada de LaRusso hasta que este desapareció por la entrada principal hacia el pasillo.