You don't have to sing it right (but who could call you wrong?)

II. your awful heart to song

N/A: ¡Mira! ¡Y solo ha pasado una semana!

Resumen: Aizou reflexiona sobre su discución.

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Regresar a la escuela después de un descanso, aunque fuera breve, siempre se sentía raro.

Cuando Aizou vio a Someya en su habitación, se tensó, pero el otro ni siquiera lo miró.

Someya se había cortado el pelo.

No tan corto como el de Enomoto, ya que todavía tenía su flequillo desigual y un par de mechones más largos enmarcando su rostro, pero corto.

Después de un rato de mirar, Someya se volvió para encontrar los ojos de Aizou. Su expresión era indescifrable y Aizou se preguntó si debería decir algo, pero el impulso pasó y Yuujirou se volvió de nuevo.

Aizou había tenido cuidado de no permitirse pensar en su discusión, pero sería más difícil de ahora en adelante.

El ambiente de la clase estaba tan tenso como siempre, lo que Suzumi seguramente no apreciaría, pero Aizou no tenía ganas de hablar de eso con ella, ni con nadie, así que decidió evitarla.

Someya debería haber llamado al menos.

Cuando regresó a su habitación ese primer día, había algo nuevo al respecto.

Una nota post-it azul, pegada a la pared del lado de la habitación de Aizou. Con letra impecable estaba escrito:

Tiende tu cama.

Y eso inmediatamente destruyó cualquier duda que pudiera haber tenido sobre su pelea. Someya absolutamente era el peor.

Aizou rompió la nota y decidió mirar alrededor de la habitación con el fin de encontrar algo en qué puntualizar también, lo que en realidad no tomó mucho tiempo porque incluso si Aizou había comenzado a ignorarlos, los cargadores para el teléfono, la laptop y algunos otros dispositivos suelen estar enredados en el suelo.

No dejes los cables en el suelo, escribió Aizou, y pegó la nota en el escritorio. ¿No sabía que podrían dañarse así?

Además, ¿qué sentido tenía hacer la cama todas las mañanas? De todos modos, tenías que deshacerlo más tarde.

Satisfecho, Aizou siguió adelante con su día, sin hacer su cama.

Y, como era de esperar, Someya tampoco desenredó sus cables, pero tiró la nota.

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Un par de días después de que comenzara la clase, un nuevo rumor estaba en boca de todos: el príncipe del club de teatro.

Aizou no le había prestado atención hasta que vio a la primera chica acercarse al escritorio de Someya.

Era como si fuera una persona completamente diferente.

Ahora sonreía deslumbrantemente, tratando a la niña con nada más que amabilidad, rebosante de encanto. Como si acabara de encender una cámara y se convirtiera en un perfecto rompecorazones.

Aizou no había podido imaginarlo como parte del club de teatro hasta ese momento.

Realmente era un gran actor.

A Aizou le molestó ver de repente a tanta gente rodeando a Someya, pensando que era una especie de príncipe galante, un chico sexy soñador que no podía hacer nada malo, cuyas pertenencias estaban ordenadas alfabéticamente, que mantenía un horario de sueño constante y que no deja a su compañero de cuarto post-its pasivo-agresivo por toda la habitación. Mentiroso, mentiroso murmura con rabia.