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ADVERTENCIAS:

–Embarazo masculino (no omegaverse).

–Mención de violaciones (no explícito).

–Algo OOC.

–Fuera del canon, muy fuera del canon.

Tengo que avisar que he escrito esto en teléfono, y es más difícil darme cuenta de errores, así que lamento mucho si hay incoherencias.


Hawks.
1.

La primera vez que Hawks se le confesó, sabía que él no estaba esperando una respuesta.

Habían estado hablando sobre los planes a futuro, cosas que necesitaría que Hawks investigara sobre ciertos héroes a los que Shigaraki les había echado el ojo, y algunos horarios de patrullaje, nada realmente nuevo. Hawks había llevado consigo un par de cervezas, así que su reunión comenzó con ellos bebiendo, y terminó con ellos algo alegres y habiendo cambiado el tema de héroes o espionaje, a hablar de sus malas experiencias con los adultos cuando eran niños.

Tal vez fue por el alcohol, pero en ese momento, Dabi vio en Hawks un confidente, alguien a quien podría contar algo sobre su pasado, y éste jamás lo usaría a en su contra. En el fondo, sabía que se arrepentiría luego, pero en el momento, realmente no parecía una idea tan loca.

Desde que Hawks le confesó haber sido enviado por la comisión para infiltrarse en la Liga, la confianza había aumentado, porque después de todo, aquel «Ellos quieren que sea un traidor, y lo seré, pero a quienes traicionaré al final, será a ellos» no era una de sus tantas mentiras. Dabi sabía leer a las personas, una habilidad que adquirió al vivir en la calle por años, así que cuando le escuchó decir eso, supo que el héroe estaba diciendo la verdad. Parecía que el pajarito finalmente había tomado la decisión de romper su jaula.

Hawks de verdad odiaba el sistema de héroes, y la Liga podía usar eso a su favor, fue ese motivo por el cual no lo carbonizó. La sinceridad en sus palabras era lo de menos, el hombre seguía siendo útil, y por eso mismo siguieron con su alianza.

Cuando su reunión/charla de borrachos llegó a su fin, sucedió lo inesperado.

—Me gustas.

Lo soltó como si nada, como si le hubiese dicho la hora.

Decir que lo tomó desprevenido, sería quedarse corto. Jamás se imaginó que esto sucedería. Claro, coquetearon alguna vez, pero de un coqueteo tonto a esto, había un gran trecho.

Por su expresión, Dabi sabía que el héroe no esperaba una respuesta, pero él pensó que lo mejor sería dejar las cosas claras.

—No me interesa.

Quizá fue cruel, pero a él verdaderamente eso no le interesaba en lo más mínimo, además, ¿cómo se suponía que tenía que rechazar a alguien, si jamás había estado en una situación como esa?

Desde niño, su padre lo mantuvo ocupado con sus exhaustivos entrenamientos, apenas tenía tiempo para comer y dormir, así que se perdió de muchas cosas, como aquellos amores infantiles que algunos niños experimentaban. Recordaba vagamente haber escuchado a Fuyumi hablar ilusionada de un niño de su clase que le parecía muy lindo.

A veces llegó a envidiarla. Ella era invisible para su padre, y eso significaba que más allá de un buen comportamiento y buenas calificaciones, él ya no esperaba nada de ella. En cambio, de Touya lo esperaba todo, por eso, él terminó ardiendo.

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