Destiny. »Neji Hyuga.

-003.

Los años han pasado desde que Chiemi se prometió a sí misma no preocupar a los demás. Y eso hizo.

No lloraba frente a nadie.

No dejaba que los demás rompieran su indestructible barrera, llamada sonrisa.

Sin un padre que la apoye, que le sonría, que le enseñe. Ella también tenía a su madre, y a su hermano mayor, pero aun así se sentía sola. Aunque su familia haya dado todo por mantenerse en pie, ella extrañaba a su padre.

Y más en un día como hoy: el primer día de la academia ninja.

La pequeña Senju se encontraba preparándose justamente para ese momento, y aunque anhelara que su difunto padre esté con ella, tenía que mantenerse fuerte, por su mamá, por Jomei.

—¡Mamá, me voy! ¡Cuídate en lo que no estoy! —gritó la de mejillas marcadas desde el marco de la puerta principal de su residencia.

—¡Eso debería de decir yo, Chiemi! ¡Ven, se te olvida tu almuerzo! —Y con esas palabras, logró que la niña corriera como nunca hasta donde se encontraba.

—¡Dame, dame! No puedo creer que se me olvidara algo tan importante —susurró, su madre soltó una pequeña risilla—. ¿Le pusiste mochi, cierto? —preguntó con emoción al poder comer su platillo favorito.

—No, cariño. Los Mochis se quedan para cuando regreses —dictó su progenitora, a lo que la menor hizo una mueca de disgusto, que rápidamente cambió por una sonrisa—. Por cierto, esto te lo dejó Jomei, me dijo que sentía mucho el no poder acompañarte a tu primer día de escuela —le entregó un trozo de papel perfectamente doblado.

La niña lo miró, sus ojitos haciéndose brillantes ante la euforia. Comenzó a leer la carta.

«¡Felicidades! Ya es tu primer día de escuela, es decir, un paso más para convertirte en una kunoichi fuerte. Lo lamento no poder estar ahí en un día tan importante, pero es que me mandaron una misión muy importante. Espero que puedas comprenderme, en fin, espero que la pases muy bien, y no duermas en clase como yo.
                                                                             Fukui Jomei.»

Sin nada más que decir, corrió a la salida de su casa, sin dejar ver a su madre las pequeñas lágrimas que se asomaban por sus ojos.

——————・✾・——————

—¡Hey! ¿Estás solo? —preguntó extrañada Chiemi.

Resulta que ya había terminado la primera hora de clase, por lo que el profesor decidió darles un pequeño descanso en el patio de la escuela. La de orbes rojos vio a un grupo de niños jugando, para después encontrarse al destinatario de su anterior pregunta, un chico de cabello rubio y ojos azules como el cielo.

—¿Eh? ¿Me hablas a mí? —interrogó el chico de nombre desconocido para Chiemi.

—¡Claro! ¿Acaso ves alguien más aparte de nosotros? —Al decir esto el niño la miró con extrañeza—. He visto que te la pasas solo… y estar solo no es bonito —murmuró lo último para sí misma, pero el rubio alcanzó a escucharla.

—¿Acaso… tú también estás sola? —El de ojos cual zafiros empezaba a tomar confianza con la de luceros rubís.

—No, yo tengo personas que me apoyan, son muy buenas personas. ¿Quisieras conocerlos?

—¡Sí, sí! ¡Por cierto, soy Uzumaki Naruto, próximo Hokage! —exclamó Naruto, con una gran sonrisa, y sus ojitos llenos de felicidad.

—Pues entonces yo seré la kunoiichi más fuerte, Senju Chiemi. Recuérdalo, ¿sí? —Se presentó la de cabello albino, y el rubio asintió todavía sonriendo.

La alegría de los ojos del varón se desvaneció cuando sonó el timbre que daba final al descanso, y con ello Chiemi se dirigía al salón de clases.

—¡Espe-

—¿No vendrás conmigo? —cortó las palabras del Uzumaki, mirándolo por encima del hombro con una sonrisa dulce, muy similar a la de su madre.

—¡Si!

Y él la siguió, porque ella había sido la primera de su generación en hablarle, en no mirarle con desprecio. Y él esperaba devolvérselo de algún modo.

Hola! Perdón por el cap cortito, es que quería que vieran como Chiemi hacia su amistad con Naruto, y verdaderamente no quería indagar en el tema, posiblemente en uno o dos capítulos ya empecemos con el anime normal.
Espero que se estén cuidando mucho! Aunque se que somos pocas aquí, quiero decir que les voy cogiendo mucho aprecio, incluso mas que al principio. Bueno, bye bye!