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La noche anterior la pasé editando un video nuevo haciéndole una broma a los vecinos por videollamada. Al terminar de editarlo fuí directo a subirlo a mi canal de Youtube. Demoraba en cargar, como lo normal. Así que mientras tanto me dirigí al video sin editar que grabé hace unas horas con Nicole. Tal vez parecía un simple video sin editar de veinticinco minutos en el escritorio de mi computadora, pero al abrir el video el final es lo más vergonzoso. No comprendo porque de la nada ella se pone así de negativa. Ahora siempre es la que da el primer paso y luego da marcha atrás. Es desesperante.
Desperté como cualquier mañana con la alarma de mi celular sonando. Me dirigí al baño para cepillarme los dientes y luego volví a mi habitación para ponerme una camiseta. Me volví a acostar un momento para chequear las redes sociales y hacer cosas de trabajo, hasta que mi estómago ruge de hambre como señal de que debería ir a desayunar, lo que significa que tendría que verle la cara a Nick. No sé ella, pero quedé algo molesto. De igual manera tendré que convivir catorce días con ella, y nosotros normalmente arreglabamos nuestras diferencias en poco tiempo. Pero no es lo mismo que cuando eramos novios.
—¿Café? —me pregunta cuando me ve entrar a la cocina. Parecía ya estar cocinando el desayuno como lo estaba haciendo estas mañanas.
Aún me sorprende que se levante más temprano. Cuando eramos novios yo era él que le llevaba el almuerzo a la cama.
—Sí —respondo.
Esas fueron nuestras últimas palabras antes de estar los dos en la mesa desayundo.
—¿Tú le sientes el gusto? —dice tomando el café con una mueca.
—Desde ayer no le siento gusto a nada. Nisiquiera olor.
—Podríamos hacer algún vídeo probando comidas raras, total no...
—Ya está re quemado eso —río.
—Bueno capaz que no para un vídeo, para un live... ¿Está todo bien? —pregunta de la nada.
—Sí —tomo de mi taza de café.
—Si es por la de ayer, quiero hablar contigo de eso...
Los pelos se me ponen de de punta, y aún ni me lo ah dicho.
—¿Qué?
—Mira, tal vez debí decírtelo desde un principio. Pero tenía... ¿Miedo?
—¿Miedo de qué?
—A tu reacción, que... —sonríe en un suspiro de los nervios— Tú eres muy importante para mí. Lo fuiste, lo eres, y lo seguirás siendo. Pero hace un tiempo atrás terminamos, y cada uno debía seguir su camino. Tú creciste muchísimo en tu canal, algo de lo cual estoy muy orgullosa porque sé que es lo que tú siempre has querido. Y sé que puedes llegar aún más lejos si es que te lo propones...
—¿Y a qué va todo esto? —me río algo para disimular mi nerviosismo. No me estaba gustando para nada el rumbo que está tomando esto.
—A lo que voy es que tú seguiste tu camino, perfecto. Pero yo también quería seguir el mío y es por eso que empecé a salir con alguien —baja y sube la mirada para analizar mi reacción.
