Capitulo único

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Para MandyChanAki

...

Yo te amo (Yo tampoco)

...

1.

ok

OK

OK.

Kirishima no entiende como es que todo terminó tan... tan... tan mal.

Es decir, solo era un paseo a Heroland con la clase. Su única misión ese día era comer algodón dulce, tomarse fotos con personas disfrazadas de héroes, subir a las montañas rusas y vomitar su almuerzo en los tachos de basura.

Entonces.

(Entoncesss...)

No entiende porque es que dos guardas de seguridad sujetan a Bakugou, mientras escupe maldiciones a Todoroki, quien trae una mejilla roja y protege con su presencia a Midoriya.

– ¡SUELTENME MALDITOS EXTRAS!¡DEJENME QUE AUN NO ME HE CONFESADO!

–...

–...

– ¿E-h... ¿¿¿EH??? ¿Ka-Kacchan, ibas a confesarte?

–...

El forcejeo termina.

El silencio impera.

Todos boquiabiertos.

¿Confesión?

Bakugou rompe la conmoción generando explosiones para liberarse.

– ¿Quién se va a confesar? ¡¡NADIE VA A CONFESARSE ACÁ!!

Y se va.

2.

La historia como tal se remonta días atrás.

(Quizás años entre esos dos)

Kirishima no lo sabe a ciencia cierta y tampoco pretende husmear más de lo permitido.

El punto es...

Que el chico dientes de tiburón nota cosas. Cosas que no había visto antes y de un momento a otro, Bakugou ya no las oculta (o puede que tres años de amistad le hayan hecho consciente de ciertos aspectos en el comportamiento de su "bro" que salen de lo habitual).

Cosas como:

Bakugou ya no se irrita por trivialidades con Midoriya. No más intimidaciones, ni "eres un maldito inútil" cuando confunde el yogurt de durazno con el de mago durante el desayuno. No hay más rivalidad asesina que amenace con llevarse a uno de los dos por el sendero del odio.

Pero, sobre todo, lo que más ha resaltado a sus ojos de lava volcánica (y ha sido aquello que ha terminado por confirmar TODAS sus teorías), sucede cada mañana, tarde y noche; cuando Bakugou ingresa al comedor y finge observar el mar de mesas. Algo tan minúsculo que sucede con la misma velocidad del aleteo de un colibrí. Los ojos de Katsuki se detienen en medio de su búsqueda de mesa libre, se mantienen sobre el pequeño héroe con chispas de chocolate en las mejillas, y la magia sucede. El entrecejo se le destensa dos milímetros, la comisura de sus labios se curva tan solo tres grados hacia arriba, sus ojos se pintan con cuatro estrellas (porque tres serían muy poca emoción y cinco demasiado brillo).

Y tan rápido como aparece esa imagen de bobo enamorado, el viento se la lleva.

Para Kirishima es un espectáculo al cual quisiera aplaudir, ponerse en pie y secar las comisuras llorosas de sus ojos; sin embargo, se mantiene estático en su sitio y finge (porque él también sabe hacerlo) reír ante las bromas de Kaminari. Todas las fichas encajadas sin el más mínimo esfuerzo, como si cayeran sobre la mesa y el rompecabezas se armará por sí solo.

Yo te amo, yo tampoco [Oneshot]Where stories live. Discover now