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— ¡Vamos! — Jaló de la manga a su ya novio, tratando de convencerlo en salir

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— ¡Vamos! — Jaló de la manga a su ya novio, tratando de convencerlo en salir.

— No. — Se siguió negando, sin siquiera inmutarse en el intento por arrastrarlo. — ¿Por qué quieres ir? Fácil lo podemos ver aquí. —

Su novia hizo una mueca y negó con la cabeza. — No es lo mismo que verlo en el teatro. —

La chica quería ir al teatro porque iban a proyectar "El Mago de Monomi" y ella quería verlo, sin embargo el chico se negaba.

— No vamos a ir. — Dijo ya harto de la insistencia de la chica.

— Es eso o acompañarme a comprar nuevas semillas y cosas para el jardín. — Le propuso mirándolo con obviedad de lo que era mejor.

El chico suspiro y la miró cansado. — Está bien, vamos. — La de pelo (...) sonrió feliz y tomó del brazo al chico para arrastrarlo al teatro.

...

Cuando ya estaban allí, la chica estaba tan sonriente que se le pego un poco a Togami, el chico pagó las entradas y juntos entraron. Se sentaron a esperar que empiece la función.

...

— Ahora creo que ir a comprar las cosas para el jardín no era tan mala idea. — Se lamentó la chica saliendo de la sala junto con el chico.

— Nos hubiéramos quedado en casa. — Se quejó mirando a la culpable de haberlo hecho mirar esa terrible función.

— ¡No me mires así! Tu casa es taaaan grande que es aburrida. — Hizo un ademán justificándose como niña pequeña.

— Más divertido que esto si es. — Se sentaron en una banca que estaba cerca, sin saber que hacer.

— Todavía es de tarde, no quiero ir a casa aún. — Dijo mirando la hora en su teléfono. — ¡Hagamos algo más divertido! —

El chico la miró cansado y se negó. — No, vamos a casa. —

— Andaaaaa. — Se paró y volvió a agarrar su brazo para tratar de arrastrarlo. — Vamos a esa tienda. — Señaló una tienda que estaba cerca de allí, que vendía muchas cosas.

— No. — Se siguió negando.

La chica suspiro y le soltó el brazo. — Bien, iré yo sola. — Se dio la media vuelta y empezó a caminar. — Sería una pena que me pase algo y nadie me pueda ayudar porque estare sola. — Alzó la voz a propósito para que el chico la escuchase.

La miró de mala manera y se quejó. — Está bien, espérame. — La chica sonrió complacida sin que el la mirara.

Volteo a verlo y le sonrió inocentemente. — ¡Vamos! — Y así se dirigieron a la tienda que había elegido la chica.

Coffee || Togami Byakuya × Reader ©Where stories live. Discover now