Capítulo 29

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—Ya deja de regañarme Finn, ya me siento lo suficiente mal. No quería que se pusiera así, no quería lastimarla— estaba tratando de calmarse.

—¿Cómo quieres que me ponga? Si te hubiera tenido enfrente ya te hubiera golpeado. ¡Zaid reacciona! Esa mujer te ama y tú la amas a ella ¿Que importa la edad? Ella ya está grande, te ha elegido a ti. Prácticamente le dijiste que se buscara a alguien más con tus palabras.

—Yo solo le dije que buscara experiencias — cayo en cuenta de sus propias palabras, que siempre le decía a Lily que quería experiencias, para cuando encontrara a su mujer indicada. Cosa que solo le trajo problemas y ninguna mujer con la que estuvo antes, se parece a su muñequita — lo sigo confirmando soy un idiota.—

— ¿Te caíste de los brazos de tu mamá de chico o que? — suspiro Finn—Checa como es Romina, ella es demasiado independiente desde pequeña ha sido así, para que te diga que quiere tener nuevas experiencias juntos... ¿No te imaginas lo importante que eres ella?—

Se le cayó el teléfono, le entro una desesperación — de acuerdo Finnigan— tomando de nuevo el teléfono— te marco luego, gracias por hacerme reaccionar — colgó rápidamente, tomando el elevador.

Necesitaba disculparse con su muñequita, decirle lo importante era para él, el amor que ella le tenía, lo mucho que la valoraba y lo afortunado que se sentía al tenerla con él.

—Muñequita, mi amor —la puerta del cuarto de la suite estaba abierta. No había nadie, observó que sus cosas seguían ahí.

Había salido, Zaid tomó su teléfono para marcarle, pero lo mandaba a buzón. La conocía perfectamente bien, sabía que andaría afuera conociendo más la ciudad.

No podía quedarme ahí, así que salí a conocer Corea, en el área urbana, el centro donde había distintos establecimientos nocturnos.

Entre a uno de ellos después de recorrer la avenida, por suerte acá si me entendían. La música la reconocía, conocía algunos grupos pop coreanos, hasta las coreografías me sabía.

Pedí un sake, siempre quise probar esta bebida, "una experiencia nueva" pensé con ironía. Me dolía el corazón, pero no iba a dejar que eso arruinara mi estancia aquí.

Estaba bebiendo y comiendo pollo frito" Ah la fregada" me termine el sake, pague la cuenta.

Lo malo es que ya era tarde y aún no quería volver, observe caminando entre los grandes parques muchos árboles de cerezos.

Tome una de esas flores que estaban en el suelo, su color era precioso.

Saque de mi mochila, aquella libretita, de cosas que haría en Corea, le puse una palomita, a conocer el lado tradicional de Corea, el sake, conocer los árboles de cerezos.

Volé a las ramas del árbol, mis alas tocaron la fineza y delicadeza de las flores, también fueron cubiertas por las mismas.  Observe la luna, estaba blanca y hermosa.

Hasta que su aroma me hizo girarme.

—¿Qué quieres?— no tenía intenciones de bajar del árbol, lo veía alzando la cabeza.

—Estuve buscándote mucho tiempo, si que sabes perderte muñequita ¡Baja para hablar!—

—No quiero hablar — me gire para seguir contemplando a la luna en una de las ramas.

—Bueno, si tú no vas a hablar yo si — ya estaba en la misma rama que yo, por suerte la rama era enorme. — woo que bonito lugar — tocando una de las flores de cerezo. Saco de su bolsillo una cajita.

—¿Qué es eso? — pregunte y él lo abrió. Eran dos anillos, saco el que tenía un pequeño diamante.

—Mi esposa debe tener un anillo— me lo puso en el dedo anular derecho — se te ve hermoso, pero no mas que tú — le beso el dorso de la mano.  Mi corazón comenzó a palpitar como loco —Amor perdóname por no entenderte, yo también quiero tener nuevas experiencias contigo. Nunca he dudado de tu amor, ni lo he menospreciado, me hiciste el hombre que soy ahorita. Soy el sujeto más suertudo de todos.—Asentí un poco, mis mejillas estaban sonrojadas — estoy mas que feliz que esa equivocación o locura como dices, sea contigo. Porque solo contigo me imagino haciendo este tipo de locuras toda la vida — la mirada de él detallaba sinceridad. —Te amo Romina Decanini—

Tome el otro anillo que estaba en la cajita y se lo puse en el dedo anular, estaba llorando —Estoy más que feliz de tenerte, encontré a mi compañero de vida. Eres el motivo de mis sonrisas, en tu mirada yo vivo, si tú eres feliz yo lo estoy, tu felicidad esa la mía, tus batallas las luchare como mías. Hace tiempo descubrí mi camino, hoy en día, describí con quien quiero recorrerlo y ese eres tú. —le acaricie la mano— te amo Zaid Weisz—

Nos besamos con anhelo, no lo podía creer estábamos en un árbol de cerezos, en la tranquilidad de una noche de Corea, recitando votos matrimoniales con el hombre que amo, con nuestra único testigo, la Diosa luna.

Ni en mis mejores sueños, hubiera esperado algo así, tan especial.

—Mi esposa hermosa—para volver a besarnos —Romina Weisz—mi corazón palpitó de emoción. —Te amo tanto —

—¿Entonces nos quedamos casados?— pregunte con una sonrisa, con confianza, nuestras manos se entrelazaron nuestros anillos brillaban con la luz de la luna.

—Todavía faltará casarnos con toda nuestra familia, pero yo ya no te suelto, hoy me casé dos veces contigo. Bajo un ritual tradicional coreano y aquí ante la Diosa Luna—

—Encantada de estar casada con el hombre que amo— saque mi libreta y puse una nueva cosa en la lista "Casarme en Corea del Sur"  Zaid lo palomeo, por mí.

Déjame volar.Where stories live. Discover now