KohaLuna Week 2021 - Dr. STONE

Día 4

Luna no quería visitar aquel festival. Era aburrido cuando no tenía amigos con quiénes ir. Aún así, sus padres prácticamente la habían empujado fuera “Ve y diviértete” le dijo su madre, Connie, tras terminar de ayudarla a ponerse correctamente el yukata.

Por un momento creyó que su padre, Shamil, le negaría la salida, pero se vió levantando el pulgar en acuerdo con su esposa. Por supuesto, no podía negarle nada.

Así es como Luna había terminado en el festival, aburrida y solo caminando sin nada que hacer. Le dolían los pies por las guetas y su madre había apretado un poco el obi. No era su mejor día en absoluto.

Tal vez solo debería ir a la playa, no quedaba muy lejos y podría quitarse las horribles sandalias, darse un respiro de todo el bullicio del festival.

Compró algo de takoyaki y un algodón de azúcar para después, y comenzó a caminar en dirección a la playa.

Y parecía que no había sido la única con esa idea, a lo lejos podía observar a dos personas conversar, no podía ver muy bien, tan solo sus siluetas, pero sí notaba que uno de ellos se encontraba en el mar. Era una noche cálida, ¿Pero quién nadaba a esas horas? Tampoco era quien para preguntar.

Luna continuó comiendo su takoyaki en silencio mientras escuchaba algo de música, se quedaría un rato más y volvería a casa alegando que había sido de lo más aburrido. Tal vez nisiquiera se quedara para ver los fuegos artificiales.

Un chapoteo en el agua le llamó la atención. Volvió a observar a las siluetas de antes, vió un acercamiento (¿un beso tal vez?) Y uno de ellos se sumergió en el mar mientras el otro se ponía de pie.

¿Qué?

La persona comenzó a caminar en su dirección y ella, por alguna razón, hizo como si no hubiera visto nada. Y ahora que veía más de cerca, ¿No era Ishigami Senku? El chico que le gustaba en primaria, oh, eso era vergonzoso.

Pero a la vez extraño, la otra persona no había vuelto a salir del agua después de sumergirse, estaba segura de ello.

Espero a que Senku se fuera y, cuando por fin estuvo fuera de su vista, se dirigió rápidamente hacia el lugar en donde estaban antes.

No había nadie. Aquello le preocupó, sin embargo, pronto escuchó voces viniendo desde detrás de unas piedras. Se acercó como pudo y, cuando por fin logró identificar a los dueños de las voces... No podía creerlo.

¿Estaría soñando? Tal vez sus padres le dejaron quedarse en casa y, de hecho, ahora estaba dormida.

—¡Ah! —Nop, la concha que pisó le recordó que no lo estaba.

—¿Quién anda ahí? —Inquirió una de las criaturas.

Luna instintivamente cubrió su boca. Podrían verse como sirenas, por supuesto, pero no sabía que podrían ser realmente... ¿Yokais?