Capítulo tres: Lo que queda de esta familia

9 3 0
                                    

Capítulo tres: Lo que queda de esta familia.

|Alani Reyes|

Hay algunas ocasiones donde los días no me parecen tan malos, no me saben tan amargos a los anteriores. No sé que los hace diferentes a los anteriores pero hay algo que me da esperanza, que me ayudan a levantarme de la cama por cuenta propia y salir porque en esos momentos de lucidez, entiendo que quedarme hará que mi humor decaiga y hay días donde simplemente no quiero ni puedo hacerme eso.

La risa de los niños inundan mi alrededor, mi pecho se hunde en una mezcla inestable de emociones donde la añoranza y tristeza van ganando terreno.

Respiro hondo.

Bajo aún más mi capucha. Debo de verme extraña porque las mamás de los niños se alejan viendo en mi dirección y he estado tan entrada a mi dolor que no he visto noticias de la ciudad temiendo ver algo sobre jared, o que mi curiosidad me gane y termine por ver la sección de policíaco donde mi rostro sea la primera plana con un título de "Se busca" pero me repito que es ridículo, de ser así ya me tuvieran detenida.

—Me entere que te has vuelto a escapar, creo que ni en tu época rebelde lo hacías tanto —una sonrisa cansada surca mis labios, la persona que se sienta a mi lado se cruza de brazos sin verme —. Está haciendo mucho calor para esa sudadera.

—Yo no me escapaba —afirmo —y la sudadera me da algo de seguridad.

Seguridad para que no puedan ver más de mi.

—Ya, y solo por eso tenía a Ezra sobre mí preguntando dónde carajos estabas y tratando de hallarte antes que tú padres —no puedo evitar reír, lo que dice Pablo es solo una pequeña parte de las anécdotas de adolescente que tenemos para contar —. Eras un desastre.

Lo soy.

—Ezra siempre fue un exagerado, no entendía que nada malo me iba a pasar y siempre regresaba a casa.

—Excepto la vez que terminaste en el hospital por no respetar el límite de velocidad.

Más de una vez, de hecho. El detalle es que Pablo no se enteró jamás y no soy de las que les gusta recordar las vergüenzas en las que me hago pasar.

Pablo ha sido lo que considero como un amigo de toda la vida, Xion estaría pegando de gritos si supiera de esto porque ella sí que lo es en todo el sentido de la palabra pero a Pablo lo conocí años después, no podría recordarlo exactamente pero yo era una niña y el todo un adolescente —puede que exagere un poco, nos llevamos apenas un año pero la diferencia era notable — que un día pensó sería buena idea hacerme una broma, él olvidó que Ezra ni de chiste le dejaría hacerme algo pero desconocía nuestra relación. Terminamos todos en dirección, Ezra y yo culpamos a Pablo y él perdió pero Erza nunca ha sido de quedarse quieto así que se metió en un problema, Ezra y Pablo terminaron juntos en detención. Y yo esperando a Ezra todo ese tiempo, todo lo que necesitamos para seguir hablando fue un "Hey, ¿irás caminando? Mejor sube y te dejaremos en casa" y taran. Una amistad a prueba de todo.

Con Xion la historia fue diferente, nos conocimos en el preescolar y nuestro primer acercamiento fue cuando le ofrecí de mis galletas de plastilina, Xion era muy ingenua. Demasiado. Ella literalmente le dio una mordida a la galleta pensando que un color morado con chispas verdes sobre ella serían algo común, repito: muy ingenua. No le advertí, ¿cómo iba a saber yo que realmente se la había tragado? Creo que sus papás estuvieron a punto de demandar la escuela por intoxicar a su hija con galletas.

Ups.

—Darle una motocicleta a una adolescente con cambios de humor constantes y con aires de superioridad no fue una idea grandiosa — a veces me llego a preguntar qué sería si jamás la hubiera tenido, probablemente un par de cicatrices apenas visibles no existieran —. Si tienes hijos nunca lo hagas.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Dec 17, 2021 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Promesas Rotas.Where stories live. Discover now