Capítulo 4

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Aviso: Se viene drama del bueno

Auron abrió los ojos, acordándose de que se había acabado durmiendo en el sofá en vez de en la cama, bostezando antes de levantarse y caminar aún medio adormilado hacia la cocina del lugar.

Esta se encontraba impoluta, incluso brillaba cosa que extraño al mayor, pero, lo dejo pasar ya que, ¿por qué quejarse? Se acercó a la nevera, queriendo comer un poco de la tarta de chocolate la cual no había podido probar ayer.

-¡Malditos demonios chikitos! ¡Se la han comido durante la noche! - exclamó el de mecha amarilla al ver que no quedaba nada - ¡Así me lo agradecen los puercos! ¡Cuando vuelvan a ser mayores les prepararé una tarta de puñetazos!

-A-Auron... ¿Pasó algo?- preguntó una aguda voz con acento americano desde la puerta, un poco asustada.

-Luzu... No pasa nada, vete a la cama- contestó Auron dándose la vuelta y agachándose al lado del menor, limpiando con su pulgar las pequeñas lagrimitas que salían de los azules ojos del castaño (V: Mi hermana se pasó con los adjetivos xdxd. La pegué cuando lo leí :) )

El pequeño asintió, abrazándole con fuerza antes de volver a la habitación y seguir durmiendo, ya que casi no había dormido nada y aún tenía mucho sueño. (A: Menuda idiota mi hermana... ¿No ve que quería hacer una escena re soft para ustedes? Y va ella y lo manda a dormir :v). (V: Habérmelo dicho, ¡no soy adivina! Y si querías hacerlo con tantas ganas haberlo escrito tú, ¡eres una puerca! Feaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa)

Auron suspiró, preocupado ya que estaba intranquilo con toda la situación. Él debía admitir que eran monos y divertidos y todo eso, pero, echaba de menos a sus compañeros, además, ¿qué hacía si nunca volvían? ¿Tendría que cuidarlos durante toda su vida? Esas eran las preguntas que no paraban de aparecer en su cabeza, causando que el psicólogo del pueblo apretara sus puños con rabia y con tristeza.

Se dirigió a su cuarto, tumbándose en su cama antes de cerrar sus ojos y conciliar el sueño...

(...)

-¡Willy para!

-¡No Vegetta! ¡Para tu!

Auron abrió los ojos, siendo despertado por los gritos de Willy y Vegetta, antes de suspirar y dirigirse a la fuente de los gritos (el salón) encontrándose con lo que al su parecer era una divertida escena: Vegetta se encontraba tirado en el suelo, rodeado de objetos, los cuales tiraba a Willy, protegiéndose detrás del sofá de los juguetes que le lanzaba el contrario, siendo alguno cosas tan inofensivas como servilletas arrugadas o incluso calcetines sucios. Mientras tanto, todos los pequeños karmalienses restantes miraban de un lado a otro, siguiendo con la mirada los objetos que volaban por la habitación.

El mayor simplemente rio antes de carraspear, haciendo que los niños se dieran cuenta de su presencia. Los ojos de Samuel se llenaron de lágrimas y empezó a temblar antes de decir:

-Pe-perdón, no nos ha-hagas daño por favor...

-Tranquilo... ¿No habíamos hablado de esto? No te voy a hacer, no os voy a hacer daño. Además no estabais haciendo nada malo, solo estabais jugando- respondió Auron agachándose junto a los dos niños (pero sobretodo junto a Vegetta :v)

-Yo-Yo...

-No hace falta que me des explicaciones, sé que tu vida ha sido difícil, pero ahora estás conmigo y yo no voy a hacerte ningún daño, como tampoco voy a dejar que nadie más lo haga, ¿entendido?

El pequeño asíntió, antes de abrazar al mayor, abrazo que él correspondió, uniéndose segundos después Willy y todos los niños (A: Que adorable 🥺😍) (V:¿A que si? 🥺❤️❤️🥺)

Pequeños KarmaliensesWhere stories live. Discover now