Capítulo 5

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-¡Mami, mami! ¡mira lo que encontre!

El pequeño infante de 5 años llegó con una mariposa en sus infantiles manos.

-¡Oh amor que linda es!

¿Puedo quedarmela porfis?!- preguntó con ojitos de cachorro a su madre.

La mujer lo miró enternecida y se agachó a la altura del pequeño.

-Amor eso no es posible, esta pequeñita necesita volar... debe ser libre y vivir en su habitat, ¿si entiendes cariño?

Henry frunció el ceño pensativo para después sonreir enormemente.

-Esta bien... ¿puedo venir a visitarla aqui mami?- preguntó esperanzado.

-Claro que si amor- le sonrió y Henry rió alegre.

Camino hasta un pequeño tronco que habia ahi y se agachó para depositar a la mariposa en el.

-Vendré a visitarte mariposita, y te traeré muchos dulces para que podamos comer juntos- le dió una pequeña caricia en su ala derecha.

Su madre rió bajó acercandose a el.

-Puedes traerle tus juguetes para que juguen juntos- el pequeño rubio asintio alegre con la cabeza.

La mariposa voló alejandose de ambos.

-Adios mariposita... te quiero mucho- se despidió agitando su mano hacia arriba viendo como se iba la mariposa.

-Ella tambíen te ama cariño- cargó a al rubio y depositó un pequño beso en la suave mejilla.

-... ¿Tú me quieres mami?- preguntó Henry jugando con sus deditos.

La mujer frunció el ceño confundida.

Pero claro que lo hacia, su niño era la luz de sus dias.

-Claro que si amor, ¿por que dudas de eso?

-... Es que mi amigo John me dijo que sus papás se separaron y que su mami ya no lo quiere por que nunca va a verlo- expresó con voz nerviosa bajando su mirada.

-Oh amor... escucha tu padre y yo te amamos mucho, mucho, hay veces en que las relaciones de adultos no funcionan muy bien y tienen que separarse... pero eso no ocurrira contigo bebe, jamas te dejaremos, nunca, nunca ¿de acuerdo?

Henry asintió mas relajado. Abrazó a su madre pasando sus delgados brazos por su cuello.

La mujer lo apretó estrujandolo con cariño dejandole un beso en su regordeta mejilla.

-Bien bebe ¿que tal si te hagó unas galletas de chocolate? ¿te parece?

-¡Si, si! ¡quiero galletas! ¡con muchas chispas!- chilló emocionado entre los brazos de su madre.

Ambos entraron a la casa con una promesa que no sabia que se romperia en un futuro.

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El rubio mantenia su mirada fija en el suelo, estaba acostado en pocisión fetal abrazando sus piernas con fuerza.

El frió mas la humedad del lugar, comenzaba a calar en sus huesos y estaba seguro de que enfermaria.

Aunque no le preocupaba pues estaba por morir en cualquier instante.

Por su mente cruzaba la imagen de su madre, cuando ella lo mimaba todo el tiempo, aún podia sentir sus tiernos besos en su rostro al despertarlos en las mañanas, el delicioso aroma de las galletas recien horneadas que todo el tiempo preparaba para el, su medoliosa voz al cantarle para que durmiera tranquilamente.
Todos esos paseos con sus padres al parque, llendo directo a sus brazos emocionado y feliz.

The Perfect Host (Henray)Where stories live. Discover now