𝓓𝓸𝓼

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Me desperté al sentir un pequeño pinchazo en mi brazo, asustada por lo que había sentido me levanté de un salto, cuando logré entender que pasaba....suspire y observé por la ventana empañada el sol saliente....recién amanecía.


Pasó la mañana, yo estaba sola otra vez y tú apareciste con esa dulce y sonriente mirada, me saludaste, te sentaste al borde de mi cama y empezaste a jugar con mis pequeños dedos, medias mis dedos con los tuyos y exclamaste:

- Que pequeños son!

Esto lo decías mientras dabas una pequeña risa que pronto se escuchó por toda la habitación.

Allí me di cuenta que eras tan hermoso, cada detalle en ti era único...

El chico del hospitalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora