A TAMAKI AMAJIKI FANFICTION.
« Hay canciones que solo puedes escuchar una vez, porque luego ya no impactan en ti de la misma manera. Así es la relación entre Tamaki y yo » dije, intentando convencerme de que el montón de mentiras que salía de mi boc...
❝ Aunque no sabes de mis sentimientos, debería parar esto y seguir.❞
—ss501 ; Because i'm stupid
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—Oh, vamos, cambien esas caras. No es para tanto.
Rodé los ojos hacia Mirio y Nejire, como si la idea de haberles contado todo no me hubiese puesto ni un poco nerviosa. Ellos habían estado durante el ataque de Sweet Candy a la UA, pero habían sido asignados a ayudar con los heridos. Cuando se enteraron del secuestro de Tamaki, intentaron unirse al equipo de rescate, pero no se les permitió porque Arata y Briolle tomaron esos lugares. Como todo había terminado, Red Diamond tuvo la intención de terminar sus pasantías porque ya no era necesaria la ayuda de más estudiantes, pero yo le convencí de no hacerlo. Es decir, sí, Pinky y Cerebro habían sido de gran ayuda, solo por eso lo hice, no hay razón para ponernos sentimentales.
A mi lado, Amajiki soltó un bufido al ver que sus amigos parecían en un estado catatónico. Sus bocas estaban abiertas y no parpadeaban.
—Es lo más loco que he escuchado, y vaya que he escuchado muchas — aseguró Mirio.
Nejire impactó sus puños contra la mesa sumamente emocionada —: ¡Ustedes dos son increíbles! No cualquiera habría podido contra una excompañera psicótica y obsesionada. Bravo.
—Todo el crédito es de Dai — me cedió Tamaki, para luego esbozar una ligera sonrisa superior —, es decir, Sunshine.
La emoción en los ojos de Mirio y Nejire no tardaron en aparecer. Sentí como mis mejillas ardían ante la vergüenza. Sí, pude haber escogido un nombre más intimidante, pero me cansé de dar miedo. Ahora quiero brindar seguridad, calidez, comodidad. Puedo ser una buena heroína con esas características.
Hace dos semanas, el equipo y yo derrotamos a Kane y a Yumiko. Ambos fueron confinados al tártaro, la prisión para los criminales más peligrosos. Mi madre fue obligada a recibir tratamiento psicológico y no puede acercarse a mí hasta que demuestre una verdadera mejoría. Por otro lado, el dejar de consumir los medicamentos me generó una cierta... abstinencia. Fue duro, bastante, pero Tamaki me acompañó durante todo este proceso.
A pesar de que no era completamente yo mientras pasaba por mi proceso de abstinencia, él jamás dio un paso atrás, aun habiendo escuchado la cantidad de sandeces que dije.
Nejire, Mirio, Tamaki y yo estuvimos el resto del almuerzo así. Amajiki solo podía rozar mi mano debajo de la mesa, porque si alguno de sus amigos llegaba a vernos interactuar de la manera más mínimamente romántica no podríamos librarnos nunca más. A pesar de todo lo que había sucedido, sentía que había entrado en un proceso de pausa, ni siquiera de avance. Sí, la amenaza fue neutralizada y ya estábamos en paz, es solo que...
Una parte de mí dice que no ha acabado.
Y aunque hago todo lo posible por ignorarla, no puedo hacerlo.
