Acaso la vida me odia ¿Por qué siempre soy yo quien tiene que sufrir?
era lo que se preguntaba después de haber cumplido trece años, sufrió de burlas por su aspecto físico y su supuesta orientación sexual, después su madre murió dejándolo solo en e...
Después de la partida de Iruka, pasé un par de días sin salir de casa, no fui al colegio tampoco a las clases con Pain, mi madre ni siquiera se entero de esas faltas... Ella solo llegaba a dormir cuando no le tocaba guardia y salía muy temprano creo que para no verme, imagino que aún seguía molesta por lo que sucedió el día de mi cumpleaños la verdad ya no me importaba.
Deje pasar una semana para volver a las clases, al llegar al edificio me mandaron al despacho del director le inventé que había enfermado y me pidió un comprobante para validar las faltas, le dije al hombre que lo llevaría al día siguiente y me dejó marchar de nuevo al aula, ya estando en mi asiento Konan se me acercó y me preguntó el motivo de mi ausencia, le dije lo mismo que al docente, creo que no me creyó pero tampoco hizo más preguntas, durante las siguientes horas de clase no presté atención sólo esperaba la hora de irme de ahí, solo acudí para sentirme acompañado por un momento pero las voces de mis compañeros y los ruidos a mi alrededor me provocaban dolor de cabeza, sentía que me asfixiaba quería salir de ahí... mi suplicio terminó con el sonido del timbre anunciando el final de la jornada escolar, el profesor dio aviso que dentro de dos semanas comenzarían los exámenes de fin de curso por lo que debíamos comenzar a preparar nuestros reportes y entregar trabajos para obtener una mejor calificación, cosa que ya no me importaba.
Salí rápidamente del aula, caminé apresurado para tomar algún transporte que me acercará al edificio donde prácticaba con Pain, estuve cerca de quince minutos esperando el autobús correcto e hize otros tantos para llegar a mi destino, una vez frente al lugar entre al área de entrenamiento donde él pelinaranja me recibió con el seño fruncido - Senju ¿se puede saber por qué no te habias presentado?
- Buenas tardes Sensei, disculpe mi ausencia pero me encuentraba indispuesto.
- Deidara la próxima semana es la demostración de las diferentes disciplinas, será el momento para demostrar tu desarrollo y las capacidades que has adquirido después de un año bajo mi tutela, espero que des lo mejor de ti - dijo suavizando la mirada.
Asentí - a sí será Sensei no lo defraudare.
- Lo sé ahora ve a cambiarte para comenzar - ordenó mientras se adentraba al lugar de entrenamiento y yo me dirigí a los vestidores.
Cuando la práctica termino, busqué a Kabuto para pedirle que me abasteciera con las píldoras que ya pronto se me acabarían, lo encontré en uno de los jardines traseros estaba con una chica pelirroja que se veía un poco mayor que yo pero más joven que el peliblanco, estaban recargados en una de las paredes como si no quisieran que los vieran, él le estaba entregando una bolsa pequeña con lo que parecía un polvo blanco, me acerqué para hablarle - Hey Kabuto - el mencionado se giro para verme y la chica al verme se sobresalto y salió rápidamente del lugar
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- Deidara pensé que ya no vendrías por aquí - dijo con una sonrisa que a mí me daba escalofríos - por ahora no tengo lo que necesitas, pero... te puedo dar esto - me enseñó una bolsa parecida a la que llevaba la chica - causa el mismo efecto pero esta tiene otro precio - decía mientras sacudía la pequeña bolsa frente mi rostro.
